Universal Pictures se erige, en la actualidad de Hollywood, como el único estudio capaz de promover un cine que hace poco tiempo era considerado la norma. Mientras Warner Bros y Disney (y sus subsidiarias) se disputan la torta de una taquilla a base de fórmulas e intentos complacientes para garantizarse la masividad del público, hay una usina de ideas que no parece correr del todo la carrera de los superhéroes, las franquicias seguras, reboots, remakes y demás reactualizaciones de productos exitosos (aunque el revoleo ya alcanza al mínimo requerimiento de tener los derechos de las películas). Cierto es que el gran caudal de ingresos se deba a dos franquicias: “Rápido y furioso” (con una recaudación mundial de 726 millones de dólares para la última entrega) y “Mi villano favorito” (940 millones en todo el mundo para “Minions: nace un villano”). ¿Qué hay en Universal Pictures debajo de esta obscenidad en la taquilla?
El timing perfecto
Desde el comienzo de la pandemia, allá lejos y en el tiempo en 2020, Universal Pictures fortaleció aún más su apoyo al cine de presupuesto medio, cuando el viento de Hollywood decía que la receta a aplicar era lo contrario: aumentar la concentración en grandes películas y dejar lugar a pequeñas fugas acaparadas por autores o nombres de prestigio.
Hagamos un racconto de algunas películas producidas y distribuidas por Universal en 2020: “El hombre invisible”, estrenada con el mejor timing del mundo porque salió en los cines como el último gran estreno antes del cierre de las salas, sin saberlo, y pudo ofrecerse como opción novedosa en el streaming justo en el momento en el que todo el mundo se encontraba encerrado en sus casas, ávidos de ver contenidos nuevos. Un mes más tarde, a mediados de marzo, estrenó “La cacería”, aquella película que Donald Trump instó a no ver y que resultó ser una de las comedias gore más divertidas en mucho tiempo que, además, brindaba una serie de ideas políticas sin subrayados ni mensajes directos.
La comedia también tuvo su espacio (y se abrazó con el terror)
A mediados del mismo año apareció la nueva comedia de Judd Apatow, “The King of Staten Island”, con Pete Davidson en el protagónico. Si bien se trata de una película dirigida por un realizador consagrado, lejos está de la comedia más mainstream. Unos días más tarde se estrenó “You Should Have Left” escrita y dirigida por David Koepp con Kevin Bacon, la segunda coproducción del año entre Universal y Blumhouse, esa productora barata y efectiva en los números que sigue manteniéndose como una mina de oro para todos los que la rodean.
Hacia fin de año llegaron otras dos comedias de terror: “Vampiros vs Bronx”, aquí con distribución de Netflix, y “Freaky: ese cuerpo está para matar” de Christopher Landon. La primera producción de 2021 fue un exploitation de “John Wick” llamado “Nobody” con Bob Odenkirk, dirigida por Ilya Naishuller (“Hardcore Henry”). En los tres casos se trataron de producciones austeras y, al mismo tiempo, éxitos rotundos en taquilla. Más importante aún, las tres películas con posibilidades de generar una franquicia.
A pesar de la mencionada “Rápido y furioso 9”, al estudio no le tembló el pulso estrenar una semana más tarde “La purga por siempre”, quinta parte de la saga creada por James DeMonaco, otro universo de terror creado desde cero con un presupuesto acotado y grandes márgenes de ganancia. A fines de julio salió a los cines “Old”, la nueva película de M. Night Shyamalan quien, desde su regreso tras el fracaso faraónico de “Después de la Tierra”, encontró cobija en las pequeñas producciones, primero de la mano de Jason Blum y su ya nombrada compañía Blumhouse.
Un mes más tarde, de la mano de la productora de Jordan Peele, Universal apostó por la nueva versión de “Candyman”, atiborrada de coyuntura racial y de una mirada sobre la gentrificación. Más allá del enfoque polémico, en el que el terror quedó mirando la película desde afuera, el estudio mantiene su política de arriesgarse por un género y por su público fiel. En simultáneo, el estudio también puso su confianza en viejos conocidos como el nombrado James DeMonaco, para el que produjo “This is the Night”. El drama solo tuvo una semana de theatrical run (un estreno técnico en sala) para luego pasar al video on demand (VOD). También por el mismo andaribel se pudo ver “Dear Evan Hansen”, un coming of age musical dirigido por Stephen Chbosky, transposición de un musical del mismo nombre.
2022: el año que vivimos en la marginalidad
Para el año 2022 la jugada incluyó otros géneros más marginales que el terror, el caso de la comedia romántica. En febrero estrenó “Casate conmigo” de Kat Coiro con Jennifer López, Owen Wilson y el cantante Maluma. Para el mes de abril llegó lo nuevo del viejo conocido de la acción, Michael Bay. Basada en una película danesa, “Ambulancia” resultó ser el desenfreno más grande del director, que es mucho decir. Incluso en la producción de películas de este tipo, más emparentadas con las que realizan otros estudios, hay un perfil más bajo y esto puede entenderse en las figuras que aparecen, aquí solo Jake Gyllenhaal se muestra como una estrella, la cual tampoco está en la misma orbita que Brad Pitt, Leonardo DiCaprio o en nombres más nuevos que pueden verse en películas de Marvel, por ejemplo.
Las producciones de 2022 de Blumhouse comenzaron con una nueva versión de “Llamas de venganza” (sobre el libro de Stephen King) y “Teléfono negro” (transposición del mismo nombre escrito por Joe Hill), dirigida por Scott Derrickson, otro nombre que volvió desencantado en su paso por Marvel. La gran apuesta del año, en términos de terror, fue “Nope”, la tercera película de Jordan Peele. Aquí ya sin Blumhouse detrás, pero con el apoyo de Universal en su producción. Resultó un éxito de críticas y de taquilla por igual.
En el último trimestre estrenó otras dos comedias: “Bros” de Nicholas Stoller y “Pasaje al paraíso” con George Clooney y Julia Roberts, una película que podría pensarse como perdida de un par de décadas atrás, sin embargo, se convirtió en uno de los éxitos más importantes del año con una recaudación de 172 millones de dólares para un presupuesto de 60. Allí, ese último número, puede leerse como una anomalía, ya que representa el valor de una película de presupuesto medio, algo casi inexistente en el Hollywood actual. El riesgo de pensar una comedia romántica entre una actriz y un actor, muy populares claro, pero pertenecientes a otra época, es imposible de asumir por las corporaciones que manejan los estudios en estos tiempos. Porque si algo es importante de señalar, es que estudios como Warner Bros pertenecen a un peldaño dentro de una estructura mucho mayor, y que son parte de un conglomerado de empresas. No hay un dueño, sino un CEO que responde a otros accionistas y que, a su vez, velan por los intereses de las demás compañías.
El cierre de la nueva trilogía de “Halloween” con “Halloween Ends” aseguraba un buen respaldo de ganancias y mantener la puerta abierta a reiniciar nuevos grandes clásicos del terror. La coyuntura también se hizo presente con “Ella dijo”, la película que pone de manifiesto la investigación periodística que despertó el movimiento #MeToo, a partir de la revelación del caso Harvey Weinstein y sus abusos a lo largo de décadas en Hollywood. Para cerrar el 2022 llegó otra comedia de terror: “Noche de paz” de Tommy Wirkola.
2023… ¿y ahora qué?
El primer trimestre de 2023 indica que Universal mantiene su política de proyectos: “Llaman a la puerta” de M. Night Shyamalan, “M3gan” (una “Chucky” 2.0) y “Oso intoxicado” de Elizabeth Banks. Las tres producciones, más allá de compartir el género del terror o el thriller expandido, también presentan elencos en los que brillan por ausencia las grandes estrellas. En la primera la figura más importante es Dave Bautista (un actor en ascenso que en una película de otro estudio aparece en el reparto), en la segunda la protagonista es Allison Williams, famosa por la serie “Girls” pero que nunca despegó en popularidad, y en la tercera hay un séquito de actores y actrices secundarios.
Para los meses siguientes se vienen “Renfield” (Nicolas Cage como Drácula, es todo lo que se necesita saber), “Praise This” (musical de Tina Gordon), “Rápido y furioso 10”, “Strays” (comedia de perritos con Will Ferrell), “Oppenheimer” (la primera película de Christopher Nolan tras su salida de Warner) y la primera parte de la nueva “El exorcista”, con el mismo equipo que hizo las últimas “Halloween”.
También se podrían haber mencionado las películas en las que el estudio apareció en su rol de distribuidor como “Licorice Pizza”, “The Northman” o “Los Fabelman”, entre muchas otras. Incluso en su servicio de streaming (que no llega a Latinoamérica) llamado Peacock se deja entrever el espíritu de proyectos pensados que exceden la fórmula de los streamings más poderosos, sin figuras estrafalarias ni atisbos de multiversos.
Universal Pictures no es una PyME, está claro, pero en su poderío que reside en los ingresos y egresos, como así también en su vasto archivo que le permite refundar éxitos de antaño, existe una búsqueda diferente que mantiene viva la llama de un Hollywood, al menos, algo corrido de lo que solo parece ser la consecuencia de las decisiones tomadas en los departamentos de Marketing.