«Encasillar la música es limitarla»

Luego de un ascenso maratónico, que incluyó la grabación de dos discos y compartir escenarios con grandes artistas, la banda Giros bajó la velocidad, a causa de la pandemia, y se tomó con calma la grabación de su tercer disco que se titulará “Desde cero”, que lanzarán digitalmente en mayo y presentarán en vivo el 8 de julio en el Teatro Bar de La Plata.

La banda platense dio sus primeros pasos en 2016 y está integrada por Lucas Güimil (voz), Matías Rueda (guitarra), Juan Ignacio “Nacho” Contreras (guitarra acústica), Maximiliano Miraballes (bajo), Matías “Tute” Perroni (batería) y Luis “Lucho” Scarpinelli (teclados).

En esta oportunidad, hablamos con Lucas, quien nos cuenta sobre su trayectoria, la composición de canciones, la toma de decisiones inteligentes y su “doble vida” como padre y musico.

¿Por qué Giros?

«Cuando recién arrancábamos hicimos el camino al revés. Grabamos canciones, filmamos videos y nunca habíamos salido a tocar. Teníamos una lista con 6 o 7 posibles nombres para la banda y no nos decidíamos, veníamos dando vueltas. Justo venía manejando y veo un cartel que dice ‘no de más vueltas, gire su dinero al exterior’, era una publicidad de giros internacionales y me cerró el no dar más vueltas. Todos se piensan que es por la canción de Fito, pero no.»

Que encima ustedes grabaron en el estudio Romaphonic su disco “Elipsis”, donde grabo él.

«Sí, el segundo disco de la banda. El primero se llama ‘Despertar’. Un disco que produje yo, ahora lo escuchamos y estamos muy lejos de esa sonoridad y esas canciones. En cambio, ‘Elipsis’ lo grabamos con producción de Manu Pineda y Martin Pomares, un equipo hermoso de laburo, con canciones con unos tintes más aggiornados.»

Es un disco con muy buenas colaboraciones, ¿Cómo surgieron?

«Lo de los invitados es para tratar de aportarle un poco de frescura a la canción. La colaboración con los Tipitos surgió cuando hicimos la canción ‘Tuve’ y dijimos ‘ah, esta canción es re Tipitos, invitémoslos’ y, por suerte, vinieron todos. En cambio, la colaboración con Emanero fue imprevista. Lo que pasó con ‘Inventos’ fue que era una canción que al final tiene mucho instrumental y que no iba a entrar en el disco. Tenía una canción escrita de mi papá que tenía una parte que quería usar, entonces la recité sobre el instrumental. Como estaba medio afónico funcionaba un poco, pero no me terminaba de gustar y a los chicos sí. Me fui del estudio pensando ‘¿por qué no meter un rap o un free style? Algo copado’. Bueno, con Fede somos conocidos y tenemos muy buena relación, se lo propuse y enseguida aceptó. Al otro día de que se la pasé me dijo ‘che ya lo tengo’ y fui a su estudio, lo escuché y me encantó. Le hizo algunas modificaciones a lo escrito y quedó buenísimo. Terminó siendo el primer videoclip del disco y la canción más escuchada.»

Estuvieron en contacto con otros grandes artistas durante el 2019, abrieron conciertos importantes, pero después llego la pandemia.

¿Cómo los trató ese contexto?

«Nos mató. Veníamos en una crecida linda: Festival Emergente, Chano, Bersuit, Calamaro, el cumpleaños de La Plata y la pandemia nos mató. Nos puso una pausa enorme, no solo a nosotros, a muchos les costó reacomodarse. Es por eso por lo que el nombre de este tercer disco es ‘Desde cero’ porque es un comienzo nuevo, tomar el impulso, arrancar a foja cero esta cuestión de trabajo, con experiencia y cosas que hemos vivido que nos hacen un poco más inteligentes a la hora de tomar decisiones y de ver a donde metemos la energía. El disco iba a tener 10 canciones y hace poco compuse una que se llama ‘Todo al revés’, se la mostré a la compañía discográfica Pirca Records y les encantó, a nivel de querer frenar el lanzamiento y posponerlo a mayo.»

También, volvieron a elegir a los mismos productores…

«Este disco lo que tiene de distinto es que es una coproducción entre Manu (Pineda) y yo. Me pasaba que después de producir tanto, nunca me animaba a producirme a mí porque no puedo ser objetivo. Entonces me animé en esta, compuse varias canciones con un amigo que es músico, Nahuel Pennisi, y eso abrió el abanico de contrastes entre temas y temas.»

¿Cómo es la composición de canciones?

«Hay canciones que salen en 10 minutos y otras que salen en 2 meses. En su mayoría salen desde casa, de boludear con la guitarra o de ir buscando cosas, como una melodía o de escuchar algo de algún artista que me gustó y tomarlo como referente. Generalmente, con el que me cruce de los músicos de la banda le digo ‘mirá, tengo esta canción’ y me dice qué le haría y la vamos armando. Aunque en este último disco me juntaba puntualmente a componer. Era juntarme noches con Nahuel (Pennisi) y con León, llevábamos la guitarra, los cuadernos y empezábamos con una melodía. Seguíamos con la letra, a mí me había surgido la pregunta de si vos tenés que comparar a tu pareja o a esa persona que amás o al momento que más te gusta del día o a ese algo que para vos es único, ¿con que lo harías? Bueno, yo lo comparé con una foto con los Rolling Stones, entonces que salga ese interrogante abre el juego para empezar a tirar ideas.»

Esa canción es muy pegadiza. Otra que me gusta es ‘Una vez’ que hicieron junto a Bazan, pero me rompió el esquema de lo que venía escuchando.

«Esa está en el disco, pero es una canción que había hecho para hacer algo con él, que es un productor de la ostia. Se la mostramos a la compañía discográfica, les gustó y la sacamos, aunque no iba a entrar porque no tiene nada que ver con nuestra música, con lo que hacemos.»

Aun así, me pareció que están probando diferentes estilos e influencias, ¿puede ser?

«La música es música, encasillarla en estilos me parece limitarla. Si le prestás atención a ‘Todo al revés’ no tiene mucho que ver con lo que hacemos, es un poco pop indie. Pasa lo mismo con la canción ‘La tregua’ y que, si empezás a tocar con la guitarra, es un carnavalito, folklore, pero está llevado al pop y a una base rockera, pero si ves la estructura de la canción es un carnavalito.»

¿Cuál es la canción que más te gusta?

«Mi canción favorita es ‘Lo que me dejas’ del disco ‘Elipsis’, quizá un poco por lo que significa, es la que más me gusta cantar. La escribí con la casa literalmente vacía, se escuchaba el eco y el corazón hecho pedazos. Me estaba separando, ella se llevó sus cosas primero y dejó la casa hecha un desastre. A mí me quedaba por llevar la guitarra, estaba cansado, me senté y la compuse. Aun así, no me quería separar, no estaba de acuerdo con eso y la letra retrata tal cual ese momento.»

Me quedé enganchada con esto que me dijiste de tu papá, de que él escribía, podemos decir que el don de escribir es heredado…

«Mi viejo fue una persona muy de la trova, del cantautor, de Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Alberto Cortez, muy de ese palo. Crecí escuchando esas canciones, escuchándolo a él con la guitarra y, cuando llegué a la adolescencia, empecé a coquetear un poco con esto de la música. Hasta que mi papá me mostró una canción que me había hecho cuando tenía 6 meses y, para un cumpleaños de él, agarré esa misma canción, le cambié la letra y le hice una canción. Esa fue mi primera canción, que se llama ‘Viejo’ y, a partir de ahí, empecé a soltarme a escribir y después a cada noviecita que tenía le escribía.»

Cuántas que habrán pasado, porque tenés canciones para tirar para el techo.

«Jajaja, no sé si tantas, pero fui muy enamoradizo. En cuanto a lo compositivo, empecé a tener de recurso la pérdida temprana de mi mamá y la ausencia de ese amor de una mujer, ¿viste? Entonces, la mayoría de mis canciones se las podés dedicar tranquilamente a una pareja, pero son dirigidas a esa ausencia, a esa falta, a esa necesidad y hasta incluso a cuánto extraña uno a ese amor, que es el primer amor que tiene una persona, a tu mamá. Falleció cuando yo tenía 13 años, era muy chico, durante mi adolescencia me crió mi abuela. Entonces hoy, el hecho de extrañarla, de pensarla o de incluso de querer contarle cosas, me abre un mundo de posibilidades, de escribirle a una mujer sin que tenga que ser una pareja.»

Mirá, justo fue en el mismo momento que empezaste a agarrar la guitarra, es una buena forma de expresar lo que te estaba pasando en ese momento.

«Sí, me pasa en lo personal que me es más fácil quizás expresarme, comunicarme o contar mis sentimientos a través de una canción que en una charla convencional. Tipo ‘che me pasa esto, tingui tingui tingui, te hice una canción, si querés vos respóndeme hablando, pero yo te escribo una canción’, jajaja.»

A la reunión de padres fuiste con la guitarra. Sé que tenés dos hijos.

¿Te gustaría que sigan algo relacionado a la música?

«A mí me gusta que ellos elijan lo que les guste hacer. El más grande eligió el deporte, juega al básquet, y al más chiquito lo veo con un espíritu más de músico, porque canta todo el día, afina muy bien, tiene 5 años, pero siempre lo dejo jugar. Yo creo que hay cosas que nos gustan o no nos gustan directamente y si no te gusta no lo hagas y ellos son muy libres, en ese sentido. Si sabés identificar el palo, acompañalo por ahí. El más chiquito hace todo cantando, quizás estoy editando algún video de alguna banda y la canción suena y se la aprende con facilidad.»

Esa vida de padre y músico, ¿cómo la llevas?

«Es difícil, porque todo lo que está alrededor de una carrera musical siempre está ligado a las giras. Aunque creo que no es imposible. El fin de semana tengo show y vienen conmigo y termino de tocar y soy el primero que se va. Llego a mi casa y lavo las tazas de chocolatada que dejaron a la tarde. Aprender a que convivan estos dos Lucas es entretenido y es difícil, pero se lleva. O sea, mi sueño es uno y mi vida es otra. Mi vida cotidiana está muy alejada del Luna Park. Soy un Uber a la mañana con mis hijos, jajaja.»

Estás como rompiendo mitos…

«Sí, jajaja, ojo que hay muchos artistas que viven así, creo que en la medida que un proyecto va creciendo tiene más demanda en cuanto a giras, notas, etcétera. La exposición misma hace que tengas que tomar decisiones y ver cómo hacés convivir esta dualidad que tiene el ser músico con la cotidianeidad de ser padre. Por ejemplo, Willy, el cantante de los Tipitos, es muy de la casa, de cocinarle a sus dos hijas y demás. Mas allá de romper mitos estoy rompiendo prejuicios, que no quiere decir que no haya el descontrol que se dice que hay, pero también existe en todos los oficios, aunque la profesión que elegimos está más ligada a la noche y a la gente.»

Igual vos tenés otra profesión, sos productor de videos

«Sí, siempre ligado a la música. Ayer filmé un videoclip nuevo para una banda amiga que se llama Cruzando el charco que tiene un invitado zarpado que es Facundo Soto de Guasones. Es algo que disfruto, soy un músico que les graba el video a otros músicos. Hoy en día no vivo de la música, tengo que trabajar y, gracias al universo, tengo un trabajo que me gusta.»

Me quedé pensando lo que me dijiste sobre los sueños y me nombraste el Luna Park.

¿Es tu sueño tocar ahí?

«Sí, es el primer sueño. Sé que tarde o temprano va a suceder y creo que todo músico se imagina ahí. Después de varios años de banda y de estar en la industria, comencé a entender cómo funciona esta cuestión de las bandas que van creciendo. No estoy hablando de los fenómenos que salen de un día para el otro y están tocando en el Luna Park, esos son otros casos. Nosotros producimos nuestros videos y nuestras canciones, invertimos tiempo, entenderlo hace que apoyes los pies en la tierra y que no te desesperes. Los tiempos de cada proceso, de cada proyecto y de cada persona son distintos. Lo importante es que, mientras estés trabajando, tu sueño lo estés disfrutando, si no te terminás olvidando lo importante del día a día: el ensayo, el estar en la cancha, el curtir los escenarios chicos, el renegar con un sonidista. Llegaste y tocaste en el Luna Park y, ¿después? Volvés a lavar tazas de chocolatada.»

Igual tuviste la experiencia de tocar frente a miles de personas siendo telonero, ¿qué se siente?

«Está bueno, está buenísimo, no te voy a decir que no. Es re lindo, sobre todo cuando pisás escenarios que alguna vez soñaste tocar, como el Estadio Obras o el teatro Ópera. Después es un poco una sábana corta, te tapás porque tenés frío en la cara y te destapás los pies. Estás frente a mucha gente linda y extraña, porque no eligió verte. Los artistas tenemos el ego muy alto y es una parte con la que jugamos y vivimos mucho. Es muy importante el sentirse observado y que te presten atención en un escenario. No es lo mismo tocar frente a un público que te conoce y sabe tus canciones que frente a miles de personas que están esperando a una persona y quizás estás siendo una molestia. Está buenísimo porque te das a conocer. De 10.000 que te vieron, por ahí 200 te empiezan a escuchar. Lo aprendí y lo entendí ahora. Antes era ‘¡vamos a abrir el show de Bersuit!’ y bajás del escenario con una energía medio rara. Los chicos de la Bersuit nos trataron re bien, nos dejaron tocar un montón de tiempo, era un show nuestro. ¿Está bueno? Está bueno. ¿Te da chapa? Te da chapa. ¿Te ayuda? Te ayuda. Es un porotito más al CV y a la gacetilla de prensa. Aunque no hay nada más satisfactorio que tocar en un lugar para 100 personas y que las 100 te estén escuchando.»

Podés encontrar a Giros en Instagram, YouTube y Spotify como @girosmusica.