Entrevista a Federico Strifezzo

«Nosotras también estuvimos» es un documental que le da visibilidad a una particular porción de un tema mayor, como lo es el Conflicto del Atlántico Sur, que comenzó el 2 de abril de 1982. Las historias de Alicia Reynoso, Ana Masitto y Stella Morales es también, una parte, de lo que fue el desempeño heroico de las enfermeras de la Fuerza Aérea Argentina en el hospital móvil de Comodoro Rivadavia. Este trío de amigas regresa a esa ciudad para abrir una bóveda de recuerdos y memoria cerrada por casi 40 años. Su director, Federico Strifezzo, habla de la instancia de investigación, el vínculo con estas heroínas y algunos otros tópicos sobre la realización en el formato documental.

¿Cómo fue el proceso de investigación sobre estas enfermeras?

«Es un documental que habla también de otras cosas, arranqué hace cuatro años con la idea. Me crucé con la foto, que es el póster de la película. Era una imagen de unas enfermeras y me llamó mucho la atención que estuvieran vestidas de verde, con cascos, etcétera. No sabía si era una tapa de un disco de rock o algo similar porque están medio en pose, entonces no sabía muy bien de qué se trataba. Me guardé esa foto y me contacté con Alicia (Reynoso), una de esas enfermeras. Pude encontrarme con ella y me contó que era una enfermera, que estuvo en Comodoro durante el conflicto de Malvinas y se notaba que tenía ganas de querer hablar, de hecho, escribió una autobiografía que se llama ‘Memoria de un olvido’. De mi parte, me enganché en el tema, primero con la imagen y luego con los relatos de Alicia. Más que un trabajo de investigación, por supuesto leí libros sobre Malvinas, fue un vínculo generado con ella. Me sumé a lo que ellas venían haciendo con su lucha por querer hablar. Desde ese momento, fue un periodo de dos años de acompañamiento a las marchas, también iba a sus casas a conversar y las filmaba también. A partir de todo eso se generó un fuerte vínculo e íntimo. Al principio, ellas relataban sus vivencias como si fuera un cassette, entonces pensé en cómo se podía contar esta historia y surgió la posibilidad de ir a Comodoro Rivadavia.

En cierta forma, el material registrado durante ese tiempo y que no quedó es el que colaboró para el corte final.

Todo ese período de acompañamiento es el que me permitió general una relación con ellas y poder viajar a Comodoro para grabar allá. Además, fue un tiempo de aprendizaje para mí, durante cuatro años pasaron muchas cosas, idas y vueltas, por ejemplo, había momentos en que ellas me decían: ‘Bueno, ¿y cuándo filmamos la película?’. Para lograr semejante profundidad, que creo que se ve en la película, no se podía lograr con unos días o meses. Todo eso que quedó afuera, como vos dijiste, es lo que nos hizo tener esa carga de emoción para filmar esas diez jornadas en Comodoro.»

¿Cómo fue para vos el momento de grabar ese regreso donde se encontraba el hospital móvil?

«Para mí fue totalmente mágico. Vi la foto y se me ocurrió que fueran ellas allí y con sus uniformes de entonces, por supuesto con otros cuerpos, otros portes, otras personalidades y demás. Nadie sabía lo que había en ese lugar, ahí en Comodoro, llamábamos y no nos sabían decir con precisión. De hecho, el lugar exacto lo descubrimos un día antes de que llegaran Alicia, Ana y Stella. Nos ofrecían filmar a un costado de la Fuerza Aérea pero no era lo mismo que hacerlo en el lugar exacto, que era lo que verdaderamente buscábamos. Finalmente, lo encontramos y se transformó en algo muy energético, por ejemplo, nadie sabía que estaba esa trinchera, sí lo sabíamos nosotros pero queríamos que ellas la descubrieran. Hay momentos en los que las tres están en 1982.

La única forma de captar ese regreso era bajo una modalidad de seguimiento y de documentar el descubrimiento genuino por parte de ellas tres.

Al principio temí que fuera aburrido, pero hay tanta emoción en ellas, en esa parte genuina del redescubrimiento y de lo vivido, que me pareció la única manera de mostrarlo. En el documental hay muchas cosas que no se explican y eso, en cierta forma, está bueno. Por ejemplo, no aparecen los nombres de ellas en pantalla, tampoco las fechas. Lo importante era reflejar sus emociones.»

¿Cómo las interpela la cuestión de género?

«Ellas crecieron en un contexto militar, además de ser de otra generación. Son como súper mujeres, me parece muy fuerte que puedan ver las revistas de la época (como se ve en una escena), hablar de que un superior las maltrataba y reírse. Para mí, ellas reflejan lo que pasa hoy con las mujeres en el mundo, es decir, poder decir ‘no’. Para los hombres es muy difícil entender lo que significa el miedo, el sometimiento y lo difícil de reaccionar ante muchas situaciones. En ellas yo vi que de muy grandes lo estaban haciendo esto de reaccionar, no sé si consciente o inconscientemente. Probablemente sí, están atravesadas por la época. El final es un poco un homenaje, porque les tocó luchar solas en una época, en una edad y en un ambiente muy complicado como el militar. Simbólicamente representan a un lucha, es probable que ahora sí lo tengan más presente, no sé si importa demasiado. Lo que sí es que lo hicieron, reaccionaron ante esas situaciones de violencia.»

¿Cómo se filmó el plano secuencia del acto?

«Es uno de los pocos momentos en los que la cámara se aleja de ellas y filma el contexto militar en el que crecieron. También está lo del himno que dice cosas como ‘morir por la patria’ y otras por el estilo. La filmación, en términos generales, fue muy instintiva. Con el camarógrafo estuvimos un rato antes del acto, hicimos el recorrido que se ve en la película, pero no era lo mismo, simplemente para probar ideas. Cuando el himno arranca le digo: ‘¡Vamos!’ y lo fui llevando desde atrás para que no se cayera (tengamos en cuenta que se grabó con una steadycam, la cual es pesada) y le decía al oído: ‘No se te ocurra apagar la cámara’ (risas). Cuando se da el giro queda en una perfecta sincronía, desde el principio de la toma íbamos a un buen ritmo.»

La película se presentó en algunos festivales del exterior.

¿Cuál fue la recepción de la película en esas funciones?

«Estuvimos el año pasado en el Festival del Cinema Latino Americano Di Trieste, en el CineFem 8 y en el LatinUy 12. Donde tuvimos más recepción fue en el CineFem por la cuestión de género, allí fue la primera vez que lo exhibimos a un público y, de hecho, se programó una segunda función a pedido del público, siempre en modalidad virtual. No sé si la cuestión bélica genera mucho interés en los festivales, que tiene su público particular, pero quedamos en estos tres festivales y fue fantástico.»

La película va a tener proyecciones presenciales.

¿Cómo se vive eso de poder mostrarlo a un público presente en sala?

«Tuvimos la posibilidad de hacer un preestreno en Comodoro Rivadavia. Pasarla provoca otra sensación, porque allá la gente está atravesada realmente por la cuestión de Malvinas. Nos invitaron a proyectarla en un cine antiguo, con las butacas y la arquitectura que me hizo acordar a cuando iba al cine con mi abuela. Además un cine con una acústica espectacular, eso es bueno también, porque hicimos un trabajo muy importante con el sonidista Andrés Perugini: desde el viento, los aviones y todo eso que se percibe en sala. Hay un orgullo en todo porque, si bien fue con aforo limitado, había mucha gente, que algunos se me acercaron a preguntarme cosas de la película, otros llorando, etcétera. Fue muy emocionante. El 11 de abril tenemos una función especial en Mar del Plata, en el Auditorium con entrada libre y gratuita. Vamos a estar con Alicia, Stella y Ana. Es muy poderoso lo que genera la sala de cine, de hecho, cuando finalizó la función en Comodoro dos chicas muy jóvenes se pararon y les gritaron: ‘¡Las amamos!’. Es un verdadero, sentido y merecido homenaje lo que le está sucediendo.»

«Nosotras también estuvimos» puede verse: el viernes 2 de abril a las 22:30 horas en la TV pública y 22 horas en canal Encuentro. Sábado 11 de abril 19 horas en el Teatro Auditorium, Mar del Plata (gratis). En la plataforma Cinear play (gratis) y disponible en la plataforma de Cinear.