«Es una ley para salvar vidas»

Este viernes en el Noticero dialogamos con Santiago Saccoccia, integrante del Comité Consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, acerca de la reciente sanción del proyecto de ley de Alcohol Cero al volante en la provincia de Buenos Aires.

«Después de más de 20 años de lucha y el pedido por las víctimas, se logró que avance y se convierta en ley, porque hubo varios que quedaron en el camino. Finalmente, fue este proyecto que ahora está vigente, una tolerancia de alcohol cero para todo tipo de conductores», comenta Saccoccia. «Antiguamente estar alcoholizado te liberaba de toda culpa, luego se logró que sea un agravante en hechos de tránsito, pero siempre faltó que prosperen los diferentes proyectos de alcohol cero».

Asimismo, «es una ley para concienciar y salvar vidas», resume el asesor. «El proyecto nacional incluía alcohol cero y reforma al Código Penal, en la Cámara de Diputados nos separaron lo de la reforma, tiene media sanción y esperamos que ingrese en la sesión de Senadores que no se dio. Presentamos una nota al Presidente, todas las agrupaciones y familiares, para que sea incluido en la sesión extraordinaria en enero. Solo resta media sanción y si se incluye en la sesión va a salir aprobado. La discusión no está en aprobarse o no sino en que no entró en la última sesión que hubo. Está todo dado», explica Saccoccia.

Finalmente, entre los puntos que incluye el proyecto se destacan las penalidades, «porque todas van acompañadas de cursos de educación vial. En el primer año, en la primera infracción, no va a haber secuestro ni retención de licencia sino que se hará el curso de educación vial», detalla. «Vamos a insistir este año en ingresar la reforma al Código Penal para que estos hechos donde hay agravantes como alcohol, velocidad, picadas o maniobras ilegales no queden incluidos en un homicidio culposo sino en lo que nuestro proyecto define en un homicidio vial con penas de igual magnitud a las de un homicidio simple en otro tipo de delito, que van de 8 a 25 años», concluye Santiago Saccoccia.

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