Escocia sin motivos para brindar

Otro país europeo entró en crisis. En esta ocasión se trata de Escocia y no, no es debido a la economía… aunque la siguiente noticia afectará a su principal producto de exportación, por lo tanto, de alguna manera sí lo es.
El asunto en cuestión es que, por primera vez en la historia, un whisky escocés no es el mejor del mundo. Antes que nada, hay que dejar bien claro que solo puede ser denominado de esta forma un destilado oriundo de la región, porque todo aquel elaborado fuera de la tierra de William Wallace se llama whiskey, así, con «e».
Con un puntaje de 97,5 sobre 100 posibles para la edición 2015 de «Jim Murray’s Whisky Bible» (algo así como la biblia de esta bebida), el Yamazaki Single Malt Sherry Cask 2013, con «una genialidad casi indescriptible» se hizo acreedor al premio anual de los expertos. Este producto pertenece a Beam Suntory, que adquirió la destilería fundada en 1923 por Masataka Taketsuri, un joven japonés estudiante de química que, luego de estudiar en Glasgow volvió a su tierra natal y no solo se llevó la receta sino que se casó con una escocesa. Posteriormente, en 1929, surgió el pionero de los blends nipones: Suntory Shirofuda.
Pero esto no es todo, ya que además de ser premiada una bebida proveniente de Japón que salió al mercado por primera vez en 1984, el podio lo completan dos bourbones norteamericanos. Al respecto, Murray detalla que «la gente tiene cada vez más ganas de aventurarse y más curiosidad, realizan nuevas experiencias y prueban distintos tipos de whisky».
Además, en la sección editorial del libro (que incluye alrededor de 4.500 críticas individuales), el escritor manifiesta que «ya es hora de que las destilerías escocesas dejen de dormir en los laureles. Ha llegado la hora de una pequeña dosis de humildad, de volver a los fundamentos, de darse cuenta de que algo se ha perdido». En cuanto a la descripción del Yamazaki, del que solamente se produjeron 18.000 botellas y tiene un valor de 160 dólares por unidad, el experto lo describe como «espeso, seco, tan redondo como una bola de billar».