Dentro de la Competencia Argentina del 26° Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) se presentó una de las películas nacionales más esperadas: «La virgen de la tosquera» de Laura Casabé.
Hace tiempo creció, de pronto, un elefante en la habitación. Se anunció que la primera transposición al cine de un texto de Mariana Enríquez iba a estar a cargo de Prano Bailey-Bond, una joven directora de Reino Unido. La primera película basada en un texto de esta reconocida autora argentina no iba a ser argentina.
Pero, de a poco, esa promesa se diluyó, ese guion nunca se escribió y estaba al caer que alguien más tomara la posta. Finalmente llegó la noticia de un proyecto más concreto y, esta vez, en manos de una talentosa directora argentina que, además, tiene trayectoria en el cine de género.
Natalia, Mariela y Josefina son amigas, recién terminan el secundario y pasan un verano agobiante entre cortes de luz y de agua y un clima de podredumbre extraído minuciosamente de los textos de Enríquez. Las tres están enamoradas de Diego, pero el chico parece atrapado en los encantos de una mujer mundana y mayor que conoció por ICQ. ¿Quién es Silvia y cómo puede ser que esté tan cerca de robarles a Diego?
«La virgen de la tosquera» se desarrolla llena de tensión y misterio por el arco obsesivo de Natalia y en un contexto insoportable del 2001. La puesta en escena reproduce escenarios barriales y construye primero la monstruosidad en la violencia que viene de la miseria más humana para luego adentrarse en el orden fantástico.
Algo de «Carrie» se deja ver en los elementos más propios del coming of age y en esta joven de pelo largo, lacio y azabache con ojos furiosos, interpretada mágicamente por Dolores Oliverio. El duelo de su personaje contra Silvia (Fernanda Echeverría) parece una pelea de miradas embrujadas, oscuras y peligrosas. Aunque se sepa poco del personaje de la discordia, su presencia tiene la densidad necesaria para completar el conflicto.
A partir de estos dos textos (el homónimo y «El carrito», ambos del libro «Los peligros de fumar en la cama»), la transposición se destaca por haber tomado decisiones importantes para trasladar a la pantalla sentimientos, ideas y tiempos que la literatura narra con recursos propios. Esta película dirigida por Laura Casabé y guionada por Benjamín Naishtat confía en el tiempo que necesitan para que las acciones y las imágenes progresivamente nos lleven a las conclusiones necesarias. Y todo lo que añadieron la completa, la hace propia y distinta de su texto madre.