Hogar dulce hogar

En los últimos años se ha hablado del peso que tienen hoy día las mujeres en el ámbito laboral y el lugar importante que ocupan a nivel profesional. Sin embargo, otras mujeres sienten que ser ama de casa también está de moda.
En estos tiempos la mujer no solo se conforma con ocuparse de su trabajo, de cumplir metas y objetivos personales, sino que también se ocupa de los quehaceres domésticos. La «nueva domesticidad», como la llaman, se basa en la vida doméstica actual y cómo muchas mujeres están volviendo al terreno hogareño, un espacio que hasta hace unos años era un orgullo haber relegado.
Un ejemplo del nuevo boom es Amanda Blake-Soule, autora del blog Soule Mama, en el que cuenta cómo es el estilo de vida basado en el «hazlo tú misma» y la importancia que se le debe dar al hogar y a la familia. También comparte recetas de cocina, ideas de costura y tejido, y cómo educa a sus hijos a través del programa de escolarización hogareña, donde los padres participan activamente en la educación de sus hijos, sin intervención de la escuela tradicional.
Amanda, por su parte, ha comenzado su propia «revolución», donde se enfrenta al sistema y al consumismo, y donde ella misma, a través de los productos orgánicos que cosecha, elige qué comen sus hijos, de manera sana. Elige llevar una vida natural y sustentable. Cría animales, hornea su propio pan y hasta fabrica cosméticos con hierbas naturales.

Y por casa, ¿cómo andamos?

En la sociedad argentina cada vez más mujeres eligen el camino de Amanda, pero sin cambios tan drásticos, como dejar la ciudad o renunciar a sus trabajos. Este tipo de mujeres deciden darle el tiempo que es necesario a su hogar, a la crianza de sus hijos y a cocinar todo casero, dejando atrás el delivery. Tejen, cosen, amasan, luchan por la crianza con apego y además de todo eso trabajan fuera de sus casas. Al contrario de ser visto como algo antiguo y un retroceso a la independencia que ha ganado la mujer, es progresista y se lo asocia al movimiento por lo sano y natural, que está cambiando nuestros hábitos de consumo pero, por sobre todo, la economía doméstica.
La vuelta a lo doméstico es un punto más para la mujer. Logran estirar el tiempo para cumplir con sus obligaciones personales y laborales, y también para darle el lugar que se necesita para llevar una familia adelante. La nueva domesticidad ya está instalada y las mujeres capaces de todo no tienen miedo de elegir este tipo de vida.
La nueva domesticidad decide intervenir en el espacio para que se mejoren acciones y hábitos, que seguramente inspirarán a otros para que también adopten una actitud positiva. Generar acciones que modifiquen el entorno, actuar, intervenir, producir el cambio. Empezar por esos pequeños detalles que luego harán una diferencia enorme, de eso se trata.