«Jimmy and Stiggs»: la vida según Joe Begos

Joe Begos es un cineasta con una agenda personalísima, sin perseguir mandatos o tendencias, muy lejos está también de las etiquetas, aunque ello no signifique que haya una ausencia de influencias en su obra.

«Jimmy and Stiggs» es su sexta película, lo que nos permite pensar ya en un corpus delineado, el cual está enmarcado en un interés temático por las consecuencias inmediatas de los excesos en la droga, como si fuera un despertar hacia una dimensión de una locura particular recargada por ornamentos retóricos que van desde el uso de colores pasteles hasta el desborde de sintetizadores en la faceta sonora. En «Bliss», una artista visual experimentaba una droga sintética nueva, entregándose a un raid de violencia extrema de corte vampírico durante una noche en Los Angeles. Mientras que en «VFW», un bar de veteranos de guerra era asediado por unos «zombies» de una droga poderosa y ultra adictiva, convirtiéndose en una especie de «Asalto al precinto 13» de John Carpenter reformulado por la epidemia de fentanilo que padece Estados Unidos al día de hoy, pero a la que Begos pareció adelantarse.

Un lustro le llevó hacer «Jimmy and Stiggs», en el medio dirigió «Christmas Bloody Christmas», una mezcla de «Sangriento Papá Noel» y «Terminator». Su más reciente película está filmada en una única locación que es el departamento del propio director, el verbo es pertinente porque el formato de la película es 16 mm. Lejos de ser un mumblecore, la historia se centra en la abducción extraterrestre sufrida por Jimmy (un director de cine) y Stiggs, ambos son amigos que están distanciados, pero que una lucha encarnizada contra unos invasores extraterrestres hostiles los unirá nuevamente… o no. A la claustrofobia por la limitación del espacio hay que sumarle el componente de la paranoia destilada por el exceso de cocaína, alcohol y estupefacientes que Jimmy consume, al punto que gran parte de las situaciones parecen ser desprendimientos salidos de su propia mente.

Begos no solo pone su casa, también la expone al usar cada uno de los espacios para los diferentes momentos de splatter, peleas y acciones físicas sin temor a destruir su propiedad. Podría decirse que todo aquello que aparece en pantalla es suyo. Al igual que la cámara, los accesorios y hasta algún elemento prostético comprado en una tienda digital. «Jimmy and Stiggs» es un triunfo de las condiciones de producción minimalistas, en especial por torcer el concepto de todo aquello que se filma en una sola locación está limitado a lo que sucede por diálogos, sin importar la espacialidad en función de poner en juego una puesta en escena, lo que deja como resultado en muchas oportunidades un relegamiento a una composición teatral.

Aquí hay todo lo que puede encontrarse en el mundo de este cineasta: motosierras, escopetas, desmembramientos, colores chillones, posters de películas de culto y mucha más magia. Para Begos no existe la diferencia entre la vida detrás y delante de cámara.

«Jimmy and Stiggs» estuvo dirigida, producida, protagonizada y escrita por Joe Begos además de contar con las actuaciones de Matt Mercer, James Russo y Josh Ethier.