La ciencia de Juancho Valencia

Hablar de Juancho Valencia es remitirnos a la alegría y sabor de la raza colombiana. Es exaltar nuestras raíces y dirigir la mirada a la rareza con amor y al olvido con pasión. Es desnudar la realidad de un país con un diálogo íntimo entre letras y acordes. Es encontrar en un mismo personaje el pasado y el presente, lo real y lo absurdo e imaginario. Escuchar sus composiciones y letras en voces de otros, es viajar sin documentos siempre orgullosos de lo nuestro. Es sentir el mestizaje sonoro que caracteriza a este músico, compositor, productor y artista paisa que celebra el desorden contagioso, la rareza más amena y el valor y respeto por la música y el arte en sus más de 20 años de carrera profesional y trayectoria.

Escuchar a Juancho, «El sargento Remolacha», es dialogar por medio de la música con nuestras raíces y antepasados. Es bailar, cantar, llorar, reír y expresar las emociones que nos transmite su música y talento. Contagiante y humilde, así sentimos a Juancho cuando nos cuenta sobre sus experiencias en la escena y detrás de ella.

Juancho Valencia es hijo de las tierras cafeteras y, bajo el cielo de la eterna primavera, creció como niño prodigio en el piano y sus primeras composiciones ya las escribía a la edad de 8 años. Hoy es un talentoso artista y empresario que lleva en su hombro la productora Merlín Producciones, referente de trabajo musical. El proyecto Puerto Candelaria lo deja vagar y recorrer la música colombiana por 20 años. Andar y desandar el sentir colombiano desde el arte y proponer muchas maneras distintas de bailar un ritmo o de interpretar una cultura. La versatilidad de Juancho Valencia, a su modo de ver, es un don que lo ayuda a catalogarse como un «camaleón musical» imposible de definir. «El día que pueda definirme estaré en peligro, precisamente eso hace que de verdad sea un bicho raro a nivel musical», dice el artista entre risas. Para Juancho, tener nominaciones a los Grammy en distintos estilos es muy difícil de estandarizar o encasillar. Su magia consiste en el respeto y la curiosidad por aprender otras músicas que siempre lo caracterizaron.

Para el artista, su momento más emotivo fue después de ganar el premio Latin Grammy cuando recibió miles de mensajes de sus seguidores y amigos. La resistencia musical de Puerto Candelaria fue para ellos un símbolo de esperanza para seguir creyendo en los proyectos independientes y la música de nuestro país.

Juancho Valencia nos invita a compartir con él el ritual del café mañanero y disfrutar de su Fórmula del Mambo de La Ciencia de Juancho Valencia, que sigue haciendo descubrimientos. Su proyecto más reciente es un homenaje a todos los ritmos latinos desde su maravillosa composición y magia artística. Es por esto, que muchos amigos convocados por el olor y alegría del primer café de la mañana enviaron sus evidencias compartiendo su ritual para empezar el día, al ritmo de la canción «Cafecito». El resultado es #CafecitoChallenge, un video que de sonrisa en sonrisa nos muestra que hay muchas formas de preparar el café, mil maneras de amar, infinitas opciones para iniciar la jornada, pero solo un mambo para hacer el perfecto maridaje.

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