Locas familias europeas

Comenzó la 11° edición del My French Film Festival con su usual programación online que, además, se puede ver de forma gratuita en toda América Latina. La selección del 2021 se organiza en torno a una serie de temas que se proponen representar la diversidad y vitalidad del cine francófono. En esta oportunidad exploramos la categoría «Crazy loving families», que involucra retratos con notas de humor y ternura en situaciones de familia complicadas.

Felicitá

Dirigida por Bruno Merle, con Pio Marmaï (Tim), Rita Merle (Tommy) y Camille Rutherford (Chloé) como una familia que parece vivir en una relajada y feliz improvisación. La película transcurre en un día algo más accidentado y emocionante que los demás. Ambos padres le hicieron la promesa a su hija de que al día siguiente comenzará la escuela sin falta y sin llegar tarde, pero claramente las cosas se complican. La narración es precisa en cada detalle para construir una historia muy sólida en la simpleza, las interpretaciones son todo frescura, la película se nutre de ellas y de sus gestos más pequeños para obtener como resultado una película tierna, divertida y llena de vida.

Just Kids

Dirigida por Christophe Blanc, con Kacey Mottet Klein (Jack), Andrea Maggiulli (Mathis), Anamaria Vartolomei (Lisa). Tres hermanos quedan huérfanos y el más pequeño, de 10 años, queda a cargo del hermano mayor de tan solo 19. Entre ellos el vínculo cambia y se multiplican las tensiones. Una premisa interesante con interpretaciones destacadas en una historia que construye su propio laberinto del que no puede salir y lo que comienza como una fórmula que podía seguir los pasos de «Felicitá» se sumerge en una complejidad inconducente.

Dos cortometrajes

Dentro de la programación de esta categoría podemos encontrar dos cortometrajes. El primero, titulado «Familia nuclear» de Faustine Crespy, cuenta sobre Jules, un joven de 18 años que pasa las vacaciones en un camping nudista junto a su hermanito y su madre, sumida en una depresión muy conflictiva. Allí se encuentra con Karim, un empleado temporal en la playa con quien se produce una chispa. Solo queda ver si su madre va a permitirle desenvolverse o va a sofocarlo a su lado.

Además, está «Sole mio» de Maxime Roy, en el que otro joven lidia con la desesperación de su madre que hace cuatro años no tiene ningún tipo de comunicación con su exesposo. Lo que ella no sabe es que su expareja realizó una transición al género femenino y ahora, con el nombre de Lisa, vive su vida de forma más o menos plena lejos de su hogar anterior, pero su joven hijo decide que es hora de decir la verdad para que su madre también pueda seguir adelante. Ambos comprenden la necesidad de la contundencia por su corta duración, y no se determinan en rematar las historias sino, más bien, en dejar planteado un escenario, son narraciones ubicadas específicamente en el punto de inflexión. Una vez más, las interpretaciones y la simpleza dan en el clavo.