Los inadaptados de siempre

El miércoles por la noche en el estadio Libertadores de América se enfrentaron Independiente y Belgrano de Córdoba. Al reanudarse el partido luego del entretiempo, desde la popular, que tiene como insignia la bandera con la frase “Somos nosotros” (hace referencia a la barra brava del rojo de Avellaneda), comenzaron a caer bombas de estruendo a centímetros del arquero de Belgrano, Juan Carlos Olave. A raíz de estos incidentes el árbitro Saúl Laverni resolvió suspender el encuentro.

Foto: Telam

Las familias y simpatizantes allí presentes pedían la intervención policial y, a pesar del reclamo, nadie hizo nada al respecto. Por el caso hay 2 detenidos y varios bajo investigación.
Recordemos que el año pasado asumió un nuevo presidente en la institución, Javier Cantero, quien tiene como principal premisa erradicar estos grupos de violentos. En su afán de combatir a estos delincuentes, fue increpado por el exjefe de la barra de Independiente conocido como “Bebote” (además, líder de Hinchadas Unidas Argentinas). Esta situación se gestó a partir de que Cantero sacó a la luz los negocios que el capo de la hinchada mantenía con el expresidente Julio Comparada.
Javier Cantero

Cantero buscó el apoyo de los presidentes de las instituciones del fútbol argentino los cuales, vaya uno a saber por qué, hicieron oídos sordos a este pedido de auxilio. Una vez consumado el hecho de la semana pasada se notó una cierta preocupación por parte del Gobierno, luego de haber ignorado en su momento los pedidos de Cantero. No es de extrañar, ya que esta preocupación se hace notar luego que suceden los hechos. O sea, con el diario del domingo todos somos Gardel.
Hagamos memoria: el fútbol local está lleno de hechos de violencia. Estos actos aberrantes traen aparejados víctimas fatales. El primer fallecido se dio en 1924 cuando se enfrentaron hinchas argentinos y uruguayos. Pero este fue recién el comienzo, ya que en 88 años las victimas suman 267 y en lo que va de 2012 son 9 los muertos. Según estadísticas oficiales elaboradas sobre la violencia en nuestro fútbol hay varios ítems por destacar:
Muerte según el lugar del hecho
El 75% de los fallecimientos se dan en 3 situaciones y se reparten en proporciones similares: el 28% de las defunciones se dan en las inmediaciones del estadio, el 25% dentro de la cancha y el 21% en el viaje.
Un cuarto de las muertes no se asocian a situación de cancha: en festejos callejeros el promedio es del 6% mientras que las muertes por enfrentamientos en otros lados es del 20%.
Muertes en relación al momento del partido
Como es de esperar, el 53% de los fallecimientos se dan luego del partido, cuando se dan los principales incidentes. Mientras que el 20 y el 19% se dan durante y antes del partido, respectivamente. El 9% restante se da sin haberse disputado encuentro.
Muertes según la categoría
El criterio de clasificación usado en este caso se refiere a las muertes sucedidas respecto de la divisional en la cual estas acontecieron.
Primera A: 53%
Nacional B: 15%
Regional: 8%
Primera B: 6%
Otras 7%
Selección y Amistoso: 5% cada uno
Estadísticas según la rivalidad
Si tenemos en cuenta dos de las tres categorías que incluye este recuento, que son “clásico” y “rivalidad”, la suma de ambos alcanza el 58%, es decir, más de la mitad de los casos. Por otra parte, el 42% de las muertes sucedieron en partidos donde no había ningún encono o rivalidad, esto hace pensar que las situaciones trágicas están desligadas a la pica que hay entre los equipos. Además de que se pone en evidencia a los organismos de seguridad, que son los que consideran que un partido se denomine como de “alto riesgo”, cuando a través de estos números se demuestra que las muertes son en su mayoría independientes a la rivalidad futbolística.
Fallecimientos según los enfrentamientos
Las muertes suceden mayoritariamente en enfrentamientos con miembros de otras hinchadas en un 47% de los casos. Sin embargo, el 18% de las defunciones se produce al confrontar con una tercera hinchada. Un porcentaje alarmante es la muerte a causa de la represión policial, que es del 13%, mientras que el 12% se da en una situación muy puntual y el 10% restante entre miembros de la misma parcialidad.
Causas de muerte en el fútbol argentino
El 39% de los hechos está causado por el disparo de un arma de fuego y el 13% es por arma blanca. Suman un 52%, es decir, más de la mitad de los casos. Mientras que las muertes por golpe de puño o patada y por objeto contundente suman entre ambas un 13%, al igual  que por represión policial, ya comentado en ítem anterior. El 22% restante se da por otras causas.
Últimos sucesos violentos
Foto: AFP

Podemos situarnos en los partidos por la promoción entre River Plate y Belgrano: este enfrentamiento futbolístico trajo aparejado dos situaciones muy cuestionadas y analizadas. En el partido de ida los hinchas del equipo de Núñez invadieron el campo de juego, luego de romper el alambrado para «pedirle a los jugadores que pongan ganas». En el partido de vuelta ocurrido el 26 de junio de 2011 en la cancha de River Plate, integrantes de la barra denominada “Los Borrachos del Tablón” trataron de presionar al árbitro Sergio Pezzotta para que favorezca a su equipo en el partido por la permanencia en la categoría.
Otro de los incidentes sucedió cuando jugadores de San Lorenzo fueron golpeados por su mal desempeño en el campeonato. Otro y muy reciente sucedió en el último Superclásico disputado el 28 de octubre en el Monumental. Los simpatizantes visitantes golpearon a muchachos de seguridad y a uno de ellos lo arrojaron de la tribuna. Como consecuencia, permaneció varios días internado y no hubo ninguna sanción, detenidos ni tampoco una investigación. Además, hay que sumar la falta de oficio de los policías por la presencia del jefe de “La 12” en la popular, a pesar de existir el derecho de admisión en las canchas del fútbol argentino.
Este tipo de situaciones suceden con frecuencia y esta fecha (16° del Torneo Inicial) no fue una excepción. Este domingo se jugó el clásico de Santa Fe entre Colón y Unión. El último está en posición de descenso directo desde la fecha 1. Los hinchas del Sabalero (Club Atlético Colón de Santa Fe) desde antes del arranque del partido hacían alusión a la comprometida situación de su rival al exponer banderas y fantasmas con la letra B, pero los incidentes comenzaron cuando la hinchada local extendió en la popular una bandera robada del Tatengue (Club Atlético Unión de Santa Fe). Esto despertó la ira en los “hinchas” visitantes, que se treparon al alambrado e hicieron un agujero en el mismo, y causaron disturbios hasta que un hombre (que al parecer fue mandado o es capo de la barra) dio la orden de que se calmen los ánimos y recién en ese momento pudo empezar el partido.
Foto: Telam

Sin embargo, esto no terminó acá porque con la victoria parcial para Colón con dos tantos a cero, nuevamente comenzaron los disturbios. Los violentos, nuevamente trepados al alambrado lo terminaron de romper, al igual que los parantes de la tribuna. De esta forma empezó el enfrentamiento con la policía. La provocación de la parcialidad visitante hacia los oficiales hizo que estos respondan con balas de gomas y con chorros de agua. Y aunque parezca una locura, a pesar de esto el partido se siguió jugando.
Estos “señores” se encargan de apretar a hinchas, árbitros, a dirigentes y cada día dejan en evidencia que son los protagonistas y que manejan los tiempos de los partidos. Son los mismos que para estacionar el auto fuera de la cancha te cobran un canon o que antes de un partido, y con entradas agotadas, tienen un remanente para la reventa y también son los mismos que están presentes en actos políticos arengando a la muchedumbre.
Si estos “buenos muchachos”, según palabras textuales de nuestra Presidente, hacen esto y más y nadie hace nada (con nadie digo policía, dirigentes, justicia y funcionarios públicos), yo y tantos otros nos preguntamos: ¿Quién se va a encargar de erradicar esta enfermedad que padece desde hace años el fútbol argentino?