Los países menos (y más) corruptos

Este jueves se presentó el informe internacional anual con el Índice de Percepción de Corrupción de la organización Transparencia Internacional (TI), en la que Argentina se ubica en el puesto 78 (sobre 180 países catalogados), con 42 puntos. De esta manera, en la última década nuestro país subió siete unidades en su calificación, aunque contabiliza una menos que la media global, situada en 43.

La lista la encabezan Dinamarca y Nueva Zelanda con 88, dos menos que los registrados desde el año 2012. Con idéntica tendencia, las naciones que les siguen en la nómina bajaron su puntuación pero continúan al tope del informe: Finlandia, Suiza, Singapur y Suecia (todos ellos con 85).

En nuestro continente, el mejor catalogado es Canadá con 77 puntos y se coloca en el 11° puesto, seguido por Uruguay (71 y 21°), Estados Unidos y Chile (igualan con 67 y 25°). En el otro extremo del documento se ubican Sudán del Sur y Somalía con 12 unidades. Muy cerca de estos países africanos está Venezuela, con 15 puntos y en el escalafón 176. Un poco más arriba se pueden ver a Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Vale mencionar que este índice se elabora desde 1995 con la opinión de múltiples organismos e instituciones sobre el sector público de cada uno de estos países. En 2020 el informe puso el foco en la gestión de los gobiernos para afrontar la pandemia de coronavirus que azotó al planeta en su totalidad.

Desde TI destacaron que muy pocos países subieron su puntuación en la última década, y entre ellos citan a Grecia, Birmania y Ecuador, con 14, 13 y 7 puntos, respectivamente. Precisamente, la misma cantidad de unidades que obtuvo Argentina en el periodo analizado.

«Este año, el Índice de Percepción de la Corrupción dibuja un paisaje sombrío del estado de la corrupción en todo el mundo. La mayoría de los países evaluados no registra ningún avance en la lucha contra la corrupción en casi una década y más de dos tercios puntúan por debajo de 50. Nuestra investigación indica que la corrupción no solo socava la respuesta sanitaria global a la COVID‑19 sino que, además, contribuye a mantener la democracia en un perpetuo estado de crisis», detallaron desde TI al publicar el informe.

Además, la titular de la entidad, Delia Ferreira Rubio, criticó fuertemente las gestiones al respecto, y aseguró que «el coronavirus no es solo una crisis sanitaria y económica: es una crisis de corrupción. Y, de momento, no la estamos superando».

Finalmente, desde Transparencia Internacional manifestaron que «la corrupción socava la posibilidad de actuar de forma equitativa frente a las crisis, como la de la COVID‑19, y subraya la importancia de la transparencia y las medidas contra la corrupción en situaciones de emergencia. Nuestros informes indican que la corrupción está presente en toda la actuación contra el coronavirus, desde el soborno para acceder a pruebas, tratamientos y otros servicios sanitarios, hasta la contratación de suministros sanitarios y la preparación para emergencias en general. Nuestro análisis revela que los países con buen desempeño en el índice invierten más en sanidad, tienen más capacidad de proporcionar cobertura sanitaria universal y son menos propensos a vulnerar las normas democráticas o el estado de derecho en su respuesta a la crisis».