Mac DeMarco: loco un poco, nada más

Como si nadie del público supiera dónde está, sus primeras palabras fueron «I’m Mac». Descalzo y completamente vestido con denim, Mac DeMarco apareció en el escenario y no solo se auto presentó, sino que también mencionó a toda su banda antes de arrancar el show.

Anti domingo total, el saun.. digo, Groove, estaba llenísimo. Pista y balcones repletos esperando al canadiense en su segunda visita a nuestro país. Por momentos, en la fila no se entendía si estaban por ingresar a un desfile, a un campo o a una disquería de Brooklyn: hippies, hipsters, rockers… Mac da para todo.

El show que duró una hora reloj arrancó con el corte «The Way You´d Love Her» de su último disco «Another One» y siguió con un recorrido por toda la discografía que viene armando desde el 2010. Con tan solo 25 años, ya tiene una carrera bastante cargada y, lo mejor de todo, una manera exquisita de conformar al público. Ni él sabe qué género musical hace, porque sin dudas puede bancarse cualquiera, y lo demostró al dejar a todo Groove enloquecido. La gente no fue a ver un recital de rock pesado, fue a ver a Mac DeMarco, un loco lindo con gorra, un pucho en la boca y guitarrita… pero terminó pogueando «Enter Sandman» de Metallica en el encore. Impensado y sorprendente cover. Genio de la guitarra. Cuando se aburra de su vida de paz en aquella islita cercana a New York puede, sin dudas, formar una gran banda de rock.

Auténtico y excéntrico como es, mantuvo diálogo con el público cuya respuesta era agitar los temas más chill que existen como si fueran de cancha (la argentinidad al palo). Al notar la complicidad con los presentes, Mac no dudó ni un segundo en tirarse sobre ellos durante un largo rato, sobre casi la mitad de la pista, pasando de mano en mano y sus pies descalzos se veían entre toda la gente. Y se nota que en todo ese tiempo que estuvo surfeando por ahí, notó la existencia del «balcón» y pidió trepar hasta allí. Sus fieles ni lo dudaron y lo llevaron a cumplir el capricho. Así fue como no solo logró su objetivo, sino que después de pasearse por el 2° piso, se tiró cual Charly García a la multitud que lo esperaba con los brazos abiertos. Volvió como llegó hasta ahí y atinó a cantar «Smells Like Teen Spirit», lo que estaban versionando sus músicos mientras él se revolcaba como un adolescente.

Haciendo honor a uno de sus temas fue un «Goodbye Weekend» y «Macky’s been a bad bad boy« que no solo le dejó a su público una noche musicalmente insuperable, también les compartió bien de cerca toda su locura.

Artículo especialmente elaborado para puntocero por Camila Balut.