María Pien, «crear o morir»

María Pien es una joven artista nacida en el barrio porteño de Almagro que se encuentra de gira presentando su segundo disco, «Malinalli», y es parte de esta edición del Festival Indies del Sur. Antes que disfrutes de sus canciones en vivo en Córdoba, Rosario, Buenos Aires, Tigre y Mendoza (y por qué no, en Bogotá o Medellín el próximo mes) vamos a conocerla un poco más.

María comenzó en el mundo de la música «jugando, ¡como todos los chicos! Mis viejos me estimularon en todo sentido, si bien no son músicos sí son personas sensibles y me aplaudieron e incentivaron en todas mis manifestaciones musicales, poéticas y de la vida misma. Ellos son periodistas y escritores, así que siempre se leyó mucho en casa, lo cual explica el amor por la palabra. Cuando pedí clases de guitarra me llevaron al conservatorio Thibaud-Piazzini, que queda por Almagro, a pocas cuadras de donde crecí (Rivadavia y Medrano). Formalmente mi educación musical empezó así a los 10 años, pero el juego creativo-musical era previo y abundante», detalla la cantautora.

Además, no duda en creer que su vida tenía destino de artista, tal como bromea: «Era este arte u otro, no tenía escapatoria», y agrega que se trata de «crear o morir». Luego de semejante afirmación, detalla que «sé que suena drástico pero realmente es así y agradezco infinitamente tener la bendición de una vida dedicada mayormente a la creación. Por otra parte, siempre me gustó el escenario y, si bien en algún momento estuvo la disyuntiva entre teatro y música… el sonido es muy poderoso. La vibración. Cualquier persona que alguna vez haya cantado a viva voz, plenamente, sabe de ese goce tremendo. Solo quería poder hacerlo todos los días, así que acá estoy, chocha de ejercer esa voluntad. Es una suerte y también da trabajo, claro».

Al respecto de los hechos que la marcaron a fuego para seguir este camino María explica, siempre con buena disposición para explayarse, que «Diego Rolón me dijo una vez que para él lo máximo de lo máximo son los compositores. Yo ya estaba componiendo mucho cuando empecé a tomar clases con él, pero estoy segura de que en esa y en muchas cosas su opinión me influenció».

En cuanto a la trascendencia de un artista, como en cualquier profesión que elijamos, es bueno saber qué querés dejarle o hacer sentir al otro, por eso me interesa conocer con profundidad cuál es el legado con el que sueña. «En el mejor de los casos las canciones nos curan, nos sirven para algo. Hay canciones -de Luis Alberto Spinetta, de Joni Mitchell, de tantas y tantos bestias de la creación- que me han salvado, curado, rescatado y también acompañado. Hay canciones que siempre recuerdo por lo bien que me hicieron en un momento puntual… canciones, cantos que nos hacen sentir unidos y unidas por ese lazo misterioso de la experiencia humana compartida, que nos hermanan. Componer e intentar arrimarse a eso, en principio, ¡ya me sirve un montón a mí! Que una canción mía le sirva a los demás -para lo que sea, para bailar lavando los platos o limpiando, para caminar, para purgar un dolor, mil etcéteras- cierra el círculo y le otorga un sentido diferente al hacer. Es muy hermoso, ojalá pase siempre».

Las palabras de María Pien llenan con un halo de armonía el aire y producen distensión, así que aprovecho para pedirle que, si tuviera que elegir solo una de sus canciones, cuál cree que la representa mejor y por qué.

«Es difícil, ya que por suerte siempre estamos cambiando. Me imagino que de acá a un tiempo voy a estar haciendo canciones que ni me imagino, también busco eso, jugar a crear y que el juego me sorprenda, no generar un patrón fijo de acción, estar siempre en la búsqueda. Hoy me representa mucho «Malinalli» en su totalidad que, además, pasa por distintos momentos: «El sapo» para mí es bailable. Creo que, de tener que elegir una sola, hoy me quedo con «El sapo» porque tengo ganas de ir hacia ahí, musicalmente hablando. Me dan ganas de meterme en un plan de canción que se pueda bailar, que te conduzca a moverte libremente y porque la letra me dice cosas que necesito recordar todo el tiempo. Lo cierto es que con muchas canciones me pasa eso, ellas son más sabias o quizá traen mensajes de mi yo futura a mi yo presente. Ese tránsito misterioso en el espacio-tiempo me maravilla. Ahí hay algo».

Sin lugar a dudas que hay algo, y esos son los proyectos que se vienen. Sobre este punto, manifiesta que este año viene muy intenso. Además de la gira con Indies del Sur viajará a Colombia y va a «materializar la edición especial» de su disco, financiada a través del crowdfunding en Panal de Ideas. Y, por si esto fuera poco, cuenta: «Estoy grabando una canción compuesta especialmente para el disco ‘Se trata de nosotras‘, un proyecto del Centro Cultural de la Cooperación juntamente con el Comité Contra la Trata de Personas en el que van a participar Liliana Herrero, Ana Prada, Soema Montenegro, Alika, Miss Bolivia, Señorita Carolina, Sofía Viola y un montón de otras mujeres que admiro, así que es un orgullo y una gran responsabilidad que me hayan convocado. Tengo varias ideas para discos que quiero hacer, con canciones mías y ajenas, y con poemas musicalizados en los que venía trabajando hace unos meses. En el verano quizá empiece a grabar algo… pero por ahora no estoy pensando en eso, porque lo que queda de 2014 me va a demandar toda mi energía y atención, así que, ¡ahí vamos!».

Para finalizar, es momento de la perspectiva, mirar el camino recorrido. «El mayor logro hasta ahora creo que es vivir de, por y para la música, hacer lo que amo cada día… disfruto mucho todo, aprendo mucho de mis alumnas y alumnos, estoy también tomando clases de guitarra y toda la actividad que tiene que ver con la autogestión del propio proyecto, el formar parte de un colectivo de artistas (Elefante en la Habitación!). También trabajé de muchas cosas antes, por ejemplo, unos cuantos años en una oficina en microcentro y dar el paso no fue sencillo, tuve mucha ayuda y mucha suerte, y lo quería mucho. Sé que estoy apenas en los primeros pasos, quisiera poder hacer esto toda la vida y llegar a ser una señora sabia, una buenísima bruja, un tesoro de abuela. Ese es el sueño.