Hace una década, en Brasil se sancionó un Estatuto de Desarme que tenía por finalidad limitar la tenencia de armas en el país mediante la suba a los 25 años la edad mínima para poder adquirir las mismas. Esa ley posibilitó que en 2004 disminuyera, por primera vez en la década, el número de homicidios ocurrido en un año.
Sin embargo, pasado un tiempo desde la aprobación de esta norma ni se efectuaron campañas para promover el desarme y, por el contrario, los grupos de presión opuestos a la medida han logrado que se paralice su aplicación mediante diversas modificaciones: inclusive la cantidad de nuevas armas de fuego registradas en el país se ha multiplicado por más de cuatro desde 2007, un número mayor al que se registraba antes de la ley.
Ahora, en el distrito federal de Brasilia se aprobó una ley por la que se prohíbe la fabricación y venta de cualquier arma de juguete. El objetivo es generar un cambio cultural en la infancia y sacar de circulación réplicas de armas que puedan ser utilizadas para cometer delitos.
La subsecretaria de Protección a las Víctimas de Violencia del gobierno de Brasilia, Valéria de Velasco, dijo que “el arma de juguete representa lo que el arma de fuego representa, que es la muerte y destrucción”. Igualmente, hay expectativa acerca de la efectividad de la medida en un país que es un gran exportador mundial de armas pequeñas y ligeras y donde hay millares de muertes al año por el arsenal que circula en las calles. Al respecto, De Velasco señaló que “es una contradicción” que existe una tolerancia institucional al uso y divulgación de armas de fuego reales. “Pero mientras no logremos interferir en el comercio entre los adultos y las armas de verdad, vamos a trabajar con nuestros niños para que consigan transformar ese cuadro en el futuro”, precisó la funcionaria.
Por su parte, el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz consideró a la norma como “un pequeño paso” en el camino adecuado. “Un país donde la muerte es tan fácil no se puede dar el lujo de incentivar una cultura de la violencia”, señaló Waiselfisz.
Esta veda actualmente se encuentra en proceso de reglamentación, está previsto que rija desde comienzos de 2014 y abarque toda clase de armas falsas o de juguete en el DF, incluidas las pistolas de agua. Los comerciantes que no la cumplan podrán ser sancionados con multas y hasta con una clausura temporaria de su local.
Carolina Ricardo, del instituto Sou da Paz, una organización basada en Sao Paulo, indicó que en los lugares donde el estatuto se aplicó mejor se registró una mayor disminución de los hechos de violencia, pero “todavía precisa salir del papel y ser aplicado de forma integral en todo Brasil”.
Si bien apoyó la sanción de prohibir el comercio de armas de juguete en el DF, Ricardo aclaró que se contemplan otras medidas en la ley federal que podrían generar un impacto más directo y duradero, como las campañas de recolección de armas o una mejor coordinación policial en el terreno.
Respecto del Estatuto del Desarme, Ricardo recordó que la misma estableció una prohibición nacional de venta de armas de juguete y réplicas que puedan confundirse con las verdaderas, pero que no preveía sanciones para quienes la violaran.
La venta de armas en Brasil
Este país es uno de los cinco principales exportadores mundiales de armas livianas y ligeras, de acuerdo con la información brindada por el Small Arms Survey, una organización con sede en Ginebra.
Al año de lograrse una reducción en el número de armas, en 2005 se llevó a cabo un referéndum en el cual casi un tercio de los votantes se manifestaron contrarios a la idea de prohibir totalmente la venta de armas. Waiselfisz señaló que los grupos armamentistas ejercen una fuerte influencia en la política local debido al negocio que representa para Brasil producir y vender armas.
Un reciente estudio nacional enseñó que, entre 1980 y 2010, las muertes causadas por armas de fuego en Brasil se incrementaron un 346,5 por ciento y llegaron a 38.892 en ese último año.
¿Juguete o arma?
En países como Estados Unidos y Gran Bretaña, las normas obligan a los fabricantes a que las armas de juguete estén claramente identificadas para diferenciarlas de las de verdad. Tienen que ser de colores llamativos. En Francia está prohibido que los menores de 18 años compren o usen armas u objetos parecidos.
En Brasil las armas de juguete similares a las reales están prohibidas desde la sanción del estatuto, y la norma del Distrito Federal incorpora en la prohibición las pistolas de agua que se asemejen a pistolas verdaderas.
El secretario de Justicia, Derechos Humanos y Ciudadanía de Brasilia, Alírio Neto, explicó que las discusiones acerca de la reglamentación van a seguir. “Nosotros tenemos dos objetivos: primero generar una cultura de paz desde la infancia para que las criaturas no asocien un arma de juguete con una de verdad. Queremos disminuir las probabilidades de que ocurran accidentes”, señaló Nieto.
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