No hay imposibles… de vos depende

«Alcanzando tu sueño» («Teen Spirit») es una película para un público al que le guste lo relacionado al concepto de «nada es imposible y solo hay que estar atento a las señales». Si te gusta el cine que habla de que todo se puede lograr, entonces este film dirigido por Max Minghella te va a dejar con la sensación que podés dar todo y más por lo que realmente deseás y buscás, por ese sueño que a veces parece no ser para nosotros.

Vemos a Violet Volazki (interpretada por Elle Fanning), una chica polaca que vive con su madre, trabaja en un local de comidas rápidas y sin alegría en su rostro. Violet transmite tristeza, en el único momento que se la ve esbozar una sonrisa es cuando está con su caballo. En toda la película observo miradas que hablan por sí solas, fuertes en cada palabra que pronuncian, es como que el juego de las miradas va acompañado de palabras y silencios oportunos.

La crudeza en algunas escenas no dejan de ser emotivas y, por momentos, parece que está maltratando al espectador, como cuando la madre de Violet controla la hora de llegada a su casa después de su trabajo. Lo mismo se puede ver cuando ella está trabajando y la forma en la cual se dirigen a ella es imponente y hasta con malas formas.

La banda sonora provoca ganas de bailar arriba de la butaca.

La producción nos muestra todo lo que estamos acostumbrados a disfrutar del mainstream: escenarios y shows, luces y energía, un combo que invita a ser parte de esta historia.

Por otra parte, el personaje de Vlad (Zlatko Buric) es el de un hombre que fue cantante de ópera y hoy se ve inmerso en el alcohol y una vida sin control, alejado de su hija y, por momentos, insensible, pero después nada puede hacer con esta niña de pueblo que lo llevó a cambiar situaciones de su vida.

De todas formas, el final me dejó un sabor amargo: disfrutaba, evocaba emociones y, repentinamente, sentí que dio tanto en 120′ y se cortó esa conexión. Es una linda película para disfrutar, y si hay algo que no tenés claro aún en tu vida, patees el tablero y te pongas a pelear por eso que deseás. Un sueño cumplido puede ser la puerta a una vida llena de emociones.