Pasajero en trance

“El pasajero” de Carter Smith tiene un prólogo cortito y efectivo con una mujer que cae de rodillas, tapándose un ojo que le sangra a borbotones gritándole por el nombre a un niño, quien se ve aturdido y sin señales de reacción. Lo que sigue a continuación es una calma antes de la apertura de un restaurante de hamburguesas, con un encargado algo rudo, pero frustrado por un personal indisciplinado. Entre ellos está Bradley (Johnny Berchtold), sumiso y de pocas palabras, presto a recibir la chance de trabajar en un puesto mejor en otro lado, recomendado por su jefe. Benson (Kyle Gallner), otro de los empleados, está a las sombras bien lejos de las situaciones hasta que una chispa lo descarrila. A partir de un acontecimiento, Benson arrastra a Bradley en un viaje por la carretera, dispuesto a enderezar forzadamente la autoestima de su compañero. ¿De qué manera? Enfrentándose a los fantasmas de su pasado.

Hay un refugio en ciertas plataformas para películas de una escala menor, en términos de presupuesto, y bien nutridas por una premisa poderosa como es esta. El espacio de la ruta con dos personajes: uno secuestrado y el otro -en apariencia- con un plan estipulado está abordado de diferentes maneras, desde “El autoestopista” (1953) de Ida Lupino hasta “Viaje violento” (1996) de Michael Cimino.

La particularidad de “El pasajero” se halla en la construcción de ambos personajes, en sus cualidades bien definidas. Sabemos que Benson puede ser brutal, en su zona gris hay comprensión y cierta debilidad por jóvenes como Bradley y, probablemente, su accionar esté motivado por una especie de corporativismo “white trash”, como si no tolerara que alguien como él sea un débil. Mientras Bradley, dentro de su miedo por la imprevisibilidad demostrada de su otrora colega laboral, sabe que la posibilidad de recorrer su pantanoso pasado para resolverlo por las malas está atravesado por la sensación de un peligro constante. En ese equilibrio, la historia tiene un desarrollo narrativo de una llanura encomiable, porque se pasa de la brutalidad más cruda a la intimidad más descarnada entre dos personajes obligados a conocerse.

Simple y compleja -a su manera-, lo nuevo de Carter Smith se encastra en la fórmula de las producciones de Jason Blum, en las cuales rige una premisa atractiva y un presupuesto bajo, desde donde nace muchas veces la necesidad de ser creativo. Aquí todas estas variables confluyen y dan un entretenimiento sólido, de una clase algo olvidada en las salas de cine, aunque cobijado ahora en un video club digital.

“El pasajero” (2023) de Carter Smith cuenta con las actuaciones de Johnny Betchtold, Kyle Gallner, Liza Weil, Lupe León, Morgana Shaw y Audrèe Nack, y puede verse en Paramount+.