Pulmón en llamas

Desde principios de este año la selva del Amazonas, llamada «el pulmón del planeta», es foco de graves incendios que arrasaron con una gran superficie de esta selva, incluyendo 68 reservas protegidas. En este 2019, el número de incendios aumentó en un 83% respecto al año pasado.

Según un informe del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), entre el 1° de enero y el 18 de agosto de este año hubo 71.497 focos de fuego en el país, y el 52,5 por ciento de estos se ubican en la región amazónica.

Por su parte, las imágenes obtenidas por la NASA muestran unos 10 mil focos ígneos en Brasil y los satélites de este organismo detallan que la mitad están en la selva amazónica.

Ante esta situación, Brasil decretó el estado de emergencia y luego que transcurrieran 16 días de este mes con incendios incontrolables se movilizaron los efectivos disponibles para intentar frenar un desastre medioambiental que parece irreversible.

El ministro de Medio Ambiente brasileño, Ricardo Salles, escribió en Twitter: «El clima seco, el viento y el calor hicieron que los incendios aumentaran considerablemente en todo el país. Los miembros de la brigada de ICMBIO e IBAMA, equipos y aviones están totalmente disponibles para los Estados y ya están en uso».

Entre los Estados afectados por el fuego, el de Amazonas declaró una emergencia en el sur y en su capital, Manaos, el 9 de agosto. Acre, en la frontera con Perú, está en alerta desde este último viernes. La humareda multiplica las enfermedades respiratorias y afecta el tránsito aéreo.

Los incendios forestales también se incrementaron en los Estados de Mato Grosso y Pará, y en la frontera agrícola de Brasil ya está en contacto con la cuenca del río Amazonas, eje del mayor bosque tropical en un planeta amenazado por el calentamiento global. El Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, ya perdió el 12% de su vegetación, mientras que la cobertura vegetal en la Reserva Indígena Parque do Araguaia, en el Estado amazónico de Tocantins, fue desolada por las llamas.

La responsabilidad de Bolsonaro

El INPE informó en un comunicado que hay una relación en el crecimiento de los incendios y la deforestación impulsada por los hacendados y la industria agrícola. «El número de focos de calor registrado en la Amazonía ya es en un 60% superior al de los últimos tres años y ese pico tiene relación con la deforestación y no con una sequía más fuerte como podría suponerse», denunció la organización.

Un trabajo de este organismo con la colaboración de las universidades de Estocolmo (Suecia) y Exeter (Reino Unido) indicó que una gestión sostenible de la selva del Amazonas podría minimizar drásticamente la degradación de los bosques en la región, causada precisamente por el aumento de incendios debido al cambio climático.

«El estudio identifica un problema muy grave y tenemos que usar este resultado para el beneficio del desarrollo sostenible de Brasil», expresó Luiz Aragão, jefe de la División de Teledetección del INPE. «Por primera vez hemos podido demostrar que, mientras el clima está cambiando, con el potencial de consecuencias negativas para la Amazonía, el mayor villano en el tema de la quema es el uso de la tierra mal planificado en la región», añadió.

Desde que asumió Jair Bolsonaro, la deforestación del área amazónica se incrementó en un 88%, remarcó el INPE. Al acceder a la presidencia, el ultraderechista prometió desarrollar la región amazónica para la agricultura y la minería. Al responder a las críticas, el Presidente dijo: «Solían llamarme Capitán Motosierra. Ahora soy Nerón, incendiando el Amazonas. Pero es la temporada de la queimada». La queimada es la época en la que los agricultores usan el fuego para limpiar la tierra para la cría de ganado, en una práctica que es ilegal.

Otro investigador del INPE, Alberto Setzer, rechazó que el aumento del fuego se deba a la estación seca o a fenómenos naturales. «No hay nada raro en el clima este año ni en los niveles de lluvia en la región amazónica, que solo está un poco por debajo del promedio. La estación seca crea las condiciones favorables para la propagación del fuego, pero su inicio es obra de los humanos, ya sea deliberadamente o por accidente», señaló.

La promoción de tala de árboles en la selva amazónica provocó que países como Noruega y Alemania suspendan partidas destinadas al Fondo Amazonía, dedicado a la protección ambiental en Brasil y del que las dos naciones son los principales patrocinadores.