En un contexto de emoción desmesurada respecto a la categoría, abundan los siempre presentes rumores, pero la realidad es quizás un poco más compleja.
Existen pocos pueblos tan fanáticos del automovilismo como el argentino: algo evidenciado, por supuesto, por su rica historia de grandes pilotos, entre ellos Carlos Reutemann, José Froilán González y Juan Manuel Fangio, así como por sus más de 30 autódromos profesionales, divididos a lo largo y ancho del país. Entonces, si hay aficionados, pilotos y pistas, ¿por qué hace ya más de 25 años que la máxima categoría de este deporte, la Fórmula 1, no compite en el país?
El Gran Premio de Argentina, disputado en el Autódromo de Buenos Aires Juan y Oscar Galvez fue, casi desde un principio, una fecha clásica del calendario de la F1. Se empezó a correr en 1953 y se mantuvo, aunque con ciertas ausencias intermitentes, hasta el año 1998. Sorprendentemente, el último piloto en cruzar la bandera a cuadros había sido el brasilero Ricardo Rosset, que terminó la carrera ganada por Michael Schumacher en el 14° puesto.
La agenda tentativa del campeonato para el año 1999 contó, una vez más, con la presencia del país sudamericano, sin embargo, fue dado de baja producto de una disputa entre los organizadores y la Federación Internacional del Automovilismo (FIA). De este modo, empezó un ciclo interminable de rumores y expectativas que nunca se cumplieron respecto a la vuelta de «la máxima» a la Argentina.
¿Cuáles son los requisitos para albergar un GP?
Toda pista que desee ser sede de un evento de la FIA debe poseer una graduación o licencia homologada por la misma institución. Hay 6 grados, y es el sexto el más bajo y el primero el más alto: aunque parezca una obviedad, la Fórmula 1 solo corre en circuitos grado 1. Estos se asignan en función de ciertos requisitos que la FIA establece en un documento de más de 100 páginas en los que se detallan exhaustivamente, desde cuestiones de infraestructura hasta el tamaño mínimo exacto que deben tener, por ejemplo, las curvas o, incluso, el tipo de medicamentos almacenados en el centro médico. Si poseen el equipamiento, seguridad, dimensiones y mantenimiento necesarios, el circuito (o el trazado específico que se decida usar) podrá obtener su licencia grado 1 que tendrá que renovar luego de tres años.
¿Y en Argentina?
Como ya mencionamos previamente, si hay algo que sobra en el país son autódromos, pero solo dos tienen, actualmente, chances objetivas de ser parte de un proyecto de renovación que los haga dignos de la máxima categoría: el histórico Autódromo Oscar y Juan Gálvez y el Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo.
El primero cuenta con el privilegio geográfico de estar ubicado en la capital del país, además de haber sido sede del GP, sin embargo, posee una baja calificación de 4 en el grado FIA y está muy lejos de poder albergar a la F1.
El autódromo de Buenos Aires necesitaría una gigante inversión que abarcaría, no solo cuestiones de infraestructura (pues aún cuenta con tablones de madera y gravísimos problemas hidráulicos) sino, también, una renovación del trazado y todo lo relacionado con la pista en sí. Sin embargo, no todas son malas noticias, ya que en 2023 se inició el proyecto de modernización más importante para el circuito en los últimos 29 años, pues se reasfaltó el pavimento y se hicieron varias mejoras en seguridad e infraestructura. Además, la Comisión de Deportes del Gobierno de la Ciudad, organismo actualmente propietario de la pista, confirmó un plan de inversiones dentro y fuera del autódromo con el objetivo de llevar la pista al grado 2 (lo que sería un paso gigantesco), pero aún no se oficializó nada.
El Autódromo Internacional de Termas de Río Hondo, en cambio, fue fundado en 2007 y posee la graduación 2 de la FIA desde 2013, como consecuencia, requeriría menos dinero invertido para poder albergar la Fórmula 1. Además, el trazado es superior y hace años que es escenario del MotoGP (máxima categoría de motos), pero posee un problema irremediable, su ubicación: el «Termas» se halla, como su nombre indica, en Termas de Río Hondo, en la provincia de Santiago del Estero, una que carece del glamour característico de la F1. Si somos un poco más directos, se trata de una provincia con un nivel económico más bajo, que se aleja completamente del centro urbano argentino, es decir, la capital. Por tanto, muy difícilmente pueda alguna vez albergarse y generarle ganancias a un GP en el circuito.
¿Y entonces..?
Está claro que pensar en una vuelta a la F1 dentro los próximos 5 años es utópico, pero ciertamente existe un proyecto que se sustenta con la ilusión de viejos fanáticos e, incluso, nuevos aficionados que se sumaron al tren del hype desde la llegada de Franco Colapinto a la categoría. Si las cosas se hacen bien y se consigue el dinero, podremos alguna vez volver a ver a los autos más rápidos del mundo en la tierra que vio nacer a Juan Manuel Fangio.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Ignazio Sisca.