Luego de tres partidos entre San Antonio Spurs y los Miami Heat, se invirtieron los roles. Quien se especulaba, en un principio, que era el favorito para llevarse la serie y consagrarse campeón en la liga más competitiva del mundo, ahora debe correr desde atrás para ganar. Hablamos de Miami, que aún tiene en su escuadra a la mega estrella LeBron James y está abajo 2 juegos a 1 frente al equipo de Emanuel Ginóbili. Todos los pronósticos apuntaban a una victoria de Miami en 4 o 5 juegos. Los que se animaban a tal afirmación sostenían que la ventaja en el costado ofensivo de los Heat era suficiente para vencer a los Spurs y contaban no solo con LeBron, sino también con Dwyane Wade, Chris Bosh, Mike Miller, Ray Allen y Mario Chalmers. Miami parecía invencible: terminó la temporada regular con un récord de franquicia de 66 victorias.
A pesar de eso, el equipo en el cual milita el bahiense Manu Ginóbili supo ponerse al frente y sorprender a propios y ajenos. La principal figura que posee San Antonio se encuentra en el banco de suplentes, y no estamos hablando de Ginóbili (que es el sexto hombre del equipo). Me refiero al entrenador Gregg Popovich: posee una filosofía particular y su forma de entender el básquet lo distingue en una liga donde se premia el show y las jugadas espectaculares. Popovich, ante todo, aprueba el juego en equipo. En sus planteles son premiados los jugadores que realizan un pase extra para ganarse una asistencia más que aquellos que terminan el juego con 25 puntos pero desperdiciaron muchos tiros al aro. Otro bastión para el entrenador de los Spurs es la defensa, y eso también lo diferencia del resto. En la NBA los equipos se esfuerzan por anotar más cantidad de puntos que el rival y omiten el costado defensivo. Esto no sucede en San Antonio, y estas dos claves le permitieron imponerse ante el temido Miami Heat, hasta el momento.
En la serie se están enfrentando dos equipos acostumbrados a ganar en los últimos tiempos y a ser protagonistas y animadores de la liga. Sin embargo, también se enfrentan dos estilos totalmente distintos. Como decía antes, San Antonio juega a mover el balón rápidamente, a encontrar el compañero libre para meter un triple y a realizar jugadas de pick and roll (jugada en la cual el pivot realiza un bloqueo para que el compañero que lleva la pelota se deslice por detrás del marcador, para luego pasarle el balón al pivot que tira al aro). Por el otro lado tenemos a Miami, que basa su filosofía en el poderío de ataque. En una ráfaga, el equipo de la Florida puede sacar una diferencia de 15 puntos en forma muy fácil. LeBron James es el líder indiscutido y todo depende de él. A pesar de estar acompañado por tantas otras figuras, si James no está fino para encestar, Miami no encuentra respuestas en ese costado de la cancha.
Juego 1 en Miami
Resultado: Spurs 92 – Heat 88
El primer juego fue parejo en todo momento, con parciales muy igualados. San Antonio pudo pasar al frente y sacar una ventaja de 5 puntos recién en el último cuarto. En ese momento, la producción de LeBron James y sus compañeros no fue buena y el aporte fundamental de Tony Parker fue Crucial (metió un doble sobre el reloj de 24 para sentenciar el juego). Spurs, de manera sorpresiva, le robó el primer partido de la serie a Miami, quien perdió la localía (significa que por más que gane todos los juegos de local no le alcanza para ganar la serie).
Juego 2 en Miami
Resultado: Miami 103 – San Antonio 84
Otra vez parecía un juego igualado hasta la primera mitad. Si bien el “Big three” de San Antonio (Parker, Duncan y Ginóbili) no aportaba mucho al juego, los triples de Danny Green mantenían al equipo tejano en el juego. Sin embargo, en el tercer cuarto LeBron James apareció en toda su dimensión y no hubo nadie que lo pare. Miami metía todo lo que tiraba y San Antonio perdía muchas pelotas, lo cual facilitaba el contraataque rápido del Heat. Fue una victoria aplastante y Popovich lo sabía, por lo que reservó a sus figuras en el último cuarto del partido.
Juego 3 en San Antonio
Resultado: Spurs 113 – Heat 77
Desde el comienzo se vio a los locales con ganas de tomarse revancha de la humillación del juego anterior. Salieron a comerse la cancha y está demostrado: Manu realizó 2 volcadas con un férreo ataque al aro, algo que el argentino no realiza a menudo. Sin embargo, la diferencia principal estuvo en la gran efectividad en tiros de 3 puntos. San Antonio encestó 16 triples en el partido (mayor marca en finales de la NBA). Su “Little three” se lució al máximo. Llaman así al trío conformado por Kawhi Leonard, Gary Neal y Danny Green. En el costado ofensivo, Green y Neal metieron todo, y en el defensivo Leonard detuvo a un James irreconocible. Esta vez fue paliza para el Heat, que quedó apabullado.
San Antonio jugará los próximos dos juegos de local. Si gana ambos se consagrará campeón por quinta vez en su historia. La estadística marca que el 92% de los equipos que ganan el tercer partido en finales de NBA terminan quedándose con el anillo. Veremos si San Antonio puede continuar por el buen camino o si el Heat de Miami revive y da vuelta la llave.
Fotos: NBA/Getty Images
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