Reuniones de transición

Después de celebradas las elecciones hay un período de transición entre el gobierno saliente y el que entra. Claro que cuando son del mismo poder político no suelen ser tan trascendentes. Sin embargo, en este largo electoral año 2015 dos de los principales distritos argentinos tendrán transiciones fuera de lo común.

A nivel nacional, después de 12 años de gobierno del Frente para la Victoria bajo el apellido Kirchner, la presidencia pasará a manos de la coalición Cambiemos cuyo partido principal, a nivel figuración pero no historia, es el PRO de Mauricio Macri, quien será el próximo Jefe de Estado. Por su parte, la principal provincia del país, Buenos Aires, cambia de color político después de casi treinta años de estar en manos del peronismo en cualquiera de sus variantes, la última docena en coincidencia con la Nación, el FpV. Como dato importante hay que señalar que Mauricio Macri será el primer presidente de un partido que no es ni el peronismo ni el radicalismo desde el primer gobierno de Juan Domingo Perón.

Tras saberse el triunfo opositor en los comicios respectivos comenzaron las especulaciones sobre cómo serían los traspasos y cómo se desarrollaría toda la ingeniería previa a las asunciones.

Mala relación a nivel nacional

El martes el presidente electo, Mauricio Macri, fue invitado por Cristina Fernández de Kirchner a la Quinta de Olivos para una reunión en la que se empezaría a hablar acerca del traspaso de la presidencia y de cómo harían los nuevos funcionarios para conocer la información necesaria de sus futuros cargos. Sin embargo, resultó bastante pobre y casi un fiasco. No hubo foto oficial, fue de corta duración y tampoco hubo conferencia de prensa ni información oficial al respecto.

Al intentar salir de la residencia presidencial Macri dijo unas palabras a los periodistas reunidos pero, para evitar un aluvión que se le venía encima, dio media vuelta y salió por otro acceso de la quinta.

Lo que pudo decir el líder del PRO fue que «la reunión con Cristina Kirchner no valió la pena» y sostuvo que no se produjeron avances sobre la transición. Además, señaló que «fui a la convocatoria que me hizo, fue una reunión cordial. Pero ahí quedamos. La verdad que la reunión no tenía temario y sentí que no valía la pena pedir por esos temas», en referencia a las solicitudes que haría de que no continúen más allá del 10 de diciembre la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli.

La propuesta de la Presidente fue que recién el 9 de diciembre los ministros iban a poder reunirse con sus sucesores para hacer el recambio. Esto significa que solamente un día antes de hacerse cargo de la presidencia Macri y su gabinete podrían conocer el estado de la administración. Sin embargo, Macri afirmó que «no acordamos ningún encuentro entre nuestros ministros» y que el encuentro fue «mano a mano» y sin fotógrafos. También explicó que Cristina Kirchner le dijo que un funcionario suyo, aunque no le dijo quién, «será el encargado del traspaso» y que «va a firmar los papeles del traspaso».

Finalmente, Macri se quejó del poco tiempo disponible para la transición: «Es una locura la agenda electoral de este país, por eso aprovechamos cada minuto para armar el mejor equipo, el que prometí en campaña -consideró-. Espero que el 10 de diciembre comience una etapa maravillosa de la Argentina».

Desde el actual oficialismo, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, criticó a Macri y lo acusó de ser quien entorpece la transición. Al respecto dijo que el Jefe de Gobierno porteño no tuvo «vocación» de realizar una «transición» hasta asumir el cargo, sino de hacer un «showcete televisivo».

«No han tenido vocación de hacer una transición. Si la vocación es hacer una transición para las cámaras, porque la intención es hacer un showcete televisivo, no es nuestra vocación. Queremos aportar datos, pero sin este gesto de chiquilines», sostuvo el funcionario. Además aclaró que él llamó al futuro ministro, Marcos Peña, para coordinar y que este le pidió una reunión pública. «No estoy citándolo en un bar en Pompeya, sino en mi despacho para proporcionarle información relacionada con el área», dijo Fernández.

La provincia, más amigable

La transición bonaerense parece transitar por otro camino. La gobernadora bonaerense electa, María Eugenia Vidal, agradeció «la buena predisposición» de Daniel Scioli para llevar la transición del Ejecutivo provincial y adelantó que proseguirán las reuniones entre los ministros de cada área.

Además, la dirigente del PRO dijo que Scioli aseguró el pago de los sueldos de noviembre, mientras que su gestión se hará cargo de los salarios y aguinaldos de diciembre. También transmitió tranquilidad a los empleados estatales y confirmó que convocará a los sindicalistas docentes tras asumir el mando.

«Él me ha transmitido su experiencia de estos años», precisó Vidal, y afirmó que «sabemos que esta es una provincial difícil, que enfrenta muchos desafíos por delante y que necesita ayuda del gobierno nacional para cerrar sus cuentas, un 70% de los recursos son propios».

«Hemos repasado, en líneas generales, los principales temas que vienen en los primeros meses de gestión», indicó la gobernadora electa. «Trabajamos una agenda con todos los temas que tanto al gobernador como a mí nos interesaban. Tenemos la mejor predisposición para poner a la gente como prioridad, por encima de las diferencias partidarias», aseguró. Por otra parte, al margen de los encuentros que tendrán los funcionarios actuales y futuros de cada área, la futura mandataria indicó que las reuniones entre los responsables del área económica, Silvina Batakis y Hernán Lacunza, ya venían haciéndose.

El jefe de Gabinete provincial, Alberto Pérez, ratificó que continuarán los encuentros entre los dos equipos y que «se va a intensificar una agenda fructífera».

«Mi agenda de trabajo contiene las mismas propuestas que anuncié durante toda la campaña», resumió la mandataria provincial electa y precisó que la prioridad será la construcción de «rutas, redes de agua y cloacas». En el área de Educación -que estará bajo el mando de Alejandro Finocchiaro, actual número dos en la cartera de Educación de la ciudad- Vidal dijo que la convocatoria será a todos los gremios «no solo para hablar de la paritaria sino de una agenda a cuatro años».