Los nervios nacen desde la inseguridad y el temor a determinadas cuestiones. Si estos te traicionan en algunas situaciones, tenés que saber que es posible controlar este estado de ansiedad aplicando distintas técnicas de autoayuda.
Aprendé a relajarte
La relajación es fundamental. Tenés que intentar respirar profundamente: tomá aire durante unos segundos lentamente y expulsalo, sin apuro, para que tu cuerpo se relaje.
Ensayá frente al espejo
Si te enfrentás a una situación en la que tenés que hablar en público, podés practicar previamente delante del espejo. Pensá que, de esta forma, vas a poder observar lo que van a ver los demás. Hablá con un volumen alto, escuchá tu propia voz, examiná tus gestos y tu sonrisa.
Confiá en vos mismo
Cuando estamos nerviosos nos considerarnos menos capaces. Confiá en vos. Es fundamental y esa misma confianza la transmitirás a los demás. Tené una actitud positiva. Si te equivocás en algo no te paralices, seguro que podés rectificarlo. Y, sobre todo, aprendé de tus errores, celebrá tus victorias y no te juzgues. Sos humano y podés equivocarte.
Adoptá hábitos saludables
El ejercicio ayuda a calmar los nervios y el estrés. Si sentís que tenés nervios, con frecuencia es recomendable que «descargues» esos sentimientos de alguna forma, y practicar algún tipo de ejercicio ayuda a reducir la ansiedad.
Buen descanso
Si descansás bien, te vas a sentir más fresco y tendrás la mente más despejada. Sentirte cansado te hará sentir más inseguro. Si los nervios no te permiten conciliar el sueño, apartá de tu mente por un momento aquello que te provoca el nerviosismo.
Y para finalizar, te dejo una frase final: recordá que el apoyo de los demás es muy importante y un abrazo puede ser la mejor terapia del mundo.
Artículo elaborado especialmente para puntocero por Melody Cwaik.
