En la madrugada del sábado 7 de noviembre del 2020 falleció, en París, Fernando «Pino» Solanas. Y, como si fuera parte de una fuerza incontenible e independiente de su cuerpo físico, a más de un año de su partida nos entrega una nueva película. «Tres en la deriva del acto creativo» es su obra póstuma, estrenada en el 36° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
La película propone ver una reunión entre Fernando Solanas, Luis Felipe «Yuyo» Noé y Eduardo Pavlovsky en la que, entre copas de vino, risas y amistad, debaten la naturaleza creativa, el trabajo compositivo en sus diferentes disciplinas, los alcances y los límites de la representación, lo abstracto y, por supuesto, la política.
Los tres repasan sus obras y afirman conceptos sobre el arte con la impunidad de la sabiduría que les dio su extensa trayectoria y sus numerosos aportes a la cultura latinoamericana, mientras que, lo que rápidamente comienza a tejerse, son las características comunes entre los tres hombres: el exilio, Francia, los amores, los hijos cineastas (Juan Solanas y Gaspar Noé, que participan en la película), entre otras.
Es posible identificar el carácter póstumo de esta película más allá de la precisión del término. El fallecimiento de Eduardo «Tato» Pavlovsky y el de «Pino» Solanas redimensionan las charlas diegéticas sobre la vejez, la muerte y las ganas de vivir. El hecho de que dos de ellos ya no estén, marca con fuerza la lectura de este ensayo. La narración alegre y entusiasmada de «Pino» hoy funciona como en una de esas películas donde los personajes muertos se manifiestan en la voz en off para reflexionar sobre sus vidas, «los proyectos nos mantienen jóvenes y sin jubilarnos de la vida», dice en un momento, y cierra esta cápsula que es «Tres en la deriva del acto creativo».