Las crisis económicas pueden tener derivaciones y consecuencias inesperadas. Es el caso de Malta, donde los gobernantes decidieron poner a la venta la ciudadanía de ese país para recaudar fondos. Por 650 mil euros uno puede convertirse en ciudadano maltés y ser ciudadano europeo, ya que esa isla del mar Mediterráneo es miembro de la Unión Europea. Pero tras las críticas que recibió esta iniciativa, por ahora está en suspenso. Partidos opositores, sindicatos y hasta algunos ciudadanos habían manifestado su disconformidad. Uno de los puntos más cuestionados era que se adquiría el pasaporte europeo sin obligación de residir en Malta o invertir dinero para generar beneficios económicos al país. El Parlamento Europeo anunció que efectuará un debate sobre el tema el 15 de enero de 2014. Por su parte, la Unión Europea ha señalado que no puede inmiscuirse en las decisiones hechas por cada país miembro pero los críticos consideran que el programa favorece a los ricos mientras que los extranjeros sin recursos quedan excluidos.
El día 12 de noviembre, cuando se sanciono la ley, el líder opositor Simon Busuttil dijo que era “un día negro para la democracia. La ciudadanía no tiene precio, pero sí un valor. El gobierno le ha puesto precio y ha destruido su valor”.
El proyecto tenía el respaldo del primer ministro maltés, Joseph Muscat, y del presidente George Abela, y tras las críticas del Partido Nacional de que se prostituía Malta “por una suma irrisoria”, fue suspendido por tiempo indeterminado. El oficialismo sostenía que los ingresos previstos de unos 30 millones de euros aliviaría el déficit. Tras la marcha atrás se prevé un dialogo entre ambas agrupaciones para realizarle enmiendas al proyecto o convocar a un referendo para que los ciudadanos se pronuncien al respecto.
Igualmente, el Partido Nacional anunció que derogaría completamente la ley y todas las ciudadanías otorgadas si accede al gobierno, aunque elogió la decisión de postergar la aplicación de la ley. Además, se manifestó a favor de negociar modificaciones a la ley para establecer obligaciones a quienes adquirieran la ciudadanía, como efectuar inversiones que generaran puestos de trabajo. Asimismo, el gobierno accedió a tener que publicar los nombres de quienes compraran la ciudadanía. Desde el Partido Nacional argumentaban que tener en secreto esos nombres podría causar que se otorgara la ciudadanía a terroristas.
Si bien no es la primera vez que un país europeo da facilidades para acceder a la ciudadanía comunitaria, los principales cuestionamientos a esta ley maltesa es la facilidad con la que se puede adquirir. Resulta fácil si se tiene el monto de dinero necesario. ¿O tal vez las críticas se deban a que no es una de las naciones más poderosas? Cualquiera sea el motivo, por ahora no se puede y, tal vez, si se pone en marcha no sea tan “accesible”.
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