Suiza cierra sus fronteras

Mediante un referéndum, los ciudadanos suizos dieron su respaldo a una iniciativa propuesta por el derechista partido Unión de Centro Democrático (UCD) por el cual se restablece el principio de preferencia al trabajador nacional frente al extranjero. El lema usado para la convocatoria fue “Contra la inmigración en masa” y los impulsores dijeron que era en alusión a la importante entrada a Suiza de europeos en busca de empleo a causa de la crisis económica europea y mundial.

Foto: AFP
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El proyecto para establecer cuotas a la inmigración fue apoyado por el 50,3% de los votantes frente a un 49,7 que lo rechazó, y se calcula que la participación fue del 56 por ciento de la población helvética.
Si bien Suiza no es miembro de la Unión Europea (UE), los ciudadanos de los estados miembro de la organización tenían la libertad de trabajar y vivir en Suiza con muy pocos requisitos, al igual que los suizos lo podían hacer en los demás países de la Unión. Tras esta votación, Berna deberá renegociar los acuerdos con el organismo supranacional sobre la libre circulación de personas.
En 2011 Suiza ya había fijado restricciones a la inmigración de ocho naciones de Europa Central y Oriental y había sido cuestionada por la UE.
Los empresarios helvéticos habían alertado, antes del referéndum, que muchas de las 80.000 personas que se trasladaron a Suiza el año pasado son de vital importancia para la economía del país, por lo que dificultar más el acceso de trabajadores podría igualmente perjudicar el empleo de ciudadanos suizos. Al respecto, pidieron a los gobernantes “soluciones modernas y no burocráticas” para disminuir los perjuicios a la economía nacional.
Urs-SchwallerEl legislador Urs Schwaller, del Partido Popular Cristiano, señaló que «pensábamos que el argumento sobre puestos de trabajo convencería a la gente. Es obvio que no fue suficiente».
Además, expresó que el gobierno suizo tendrá que trabajar en el terreno diplomático y explicar a la UE su campo de acción limitado por el referéndum, a la vez que busca no ser sancionado por Bruselas. Ahora Berna deberá impulsar una ley que amplíe las cuotas a los inmigrantes de Europa occidental pero que limite los derechos de todos los extranjeros a traer a sus familias o poder utilizar los servicios sociales suizos. El plazo para poner en marcha esta medida es de tres años, pero el referéndum no establece las cuotas, solo expresa que deberán fijarse según los «intereses de la economía suiza».
Un cambio en el acuerdo migratorio podría provocar modificaciones en las relaciones económicas, comerciales y políticas entre el país alpino y la UE. La libre circulación de personas es parte integrante de un conjunto de acuerdos bilaterales que están vinculados jurídicamente, por lo que si uno cae, el conjunto caduca debido a la llamada «cláusula guillotina».
Aunque la UE no se ha manifestado respecto de la ejecución de esta cláusula, ya había señalado en boca del titular de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, que el bloque no permitirá la remoción del marco legal que garantiza la libertad de movimiento.
referendumTras conocerse los resultados, la vocera del Ejecutivo Europeo, Pia Ahrenkilde, precisó que “la libre circulación de personas forma parte de los acuerdos que tenemos con Suiza que dan, entre otras cosas, un acceso a nuestro mercado interior. Ahí no podemos aceptar restricciones como las que se han votado sin que esto tenga consecuencias sobre el resto de los acuerdos que tenemos con Suiza».
El gobierno federal suizo afirmó que el resultado de la votación refleja el malestar social helvético generado por el aumento de la población y reconoció que “marca un punto de inflexión que tendrá repercusiones”. El colegio de comisarios comunitarios estudiará en los próximos días las «implicaciones políticas y jurídicas» del referéndum, aunque todavía no se precisó qué represalias concretas podría adoptar contra Suiza si se avanza con la propuesta de limitar la inmigración.
Por otra parte, Ahrenkilde desligó la propuesta suiza de otras iniciativas de países integrantes de la UE, como el Reino Unido, que también analizan introducir cuotas al ingreso de ciudadanos europeos.
Repercusiones en Europa
En el Viejo Continente hubo una gran mayoría de opiniones contrarias a la propuesta suiza. El ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, Didier Reynders, señaló que “las implicaciones serán muy intensas en la relación con Suiza”.
Su par germano, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que Suiza “vive de la fama de ser un país abierto pero su economía depende de la inmigración de profesionales bien cualificados de Europa y del comercio con sus socios. La UE quiere relaciones justas con Suiza y eso significa que, si se aprovecha de los beneficios, también tiene que aceptar los aspectos negativos”.
Martin SchulEn el mismo sentido se manifestó el presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, quien subrayó que el organismo ha suscripto con Suiza acuerdos bilaterales que incluyen la garantía a la libertad de movimientos de los ciudadanos. “Si como consecuencia de este referéndum Suiza tiene que modificar leyes para limitar la libertad de movimientos a los ciudadanos de la UE, tenemos que reaccionar, discutirlo y quizás renegociar al acuerdo”, indicó.
El canciller de Luxemburgo, Jean Asselborn, critico la iniciativa a la que calificó de “contraria a los principios fundamentales de la UE” y acusó a la derecha suiza de ser “corta de vista”.
Los únicos respaldos fueron de Gran Bretaña, cuyo ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, dijo que “hay que respetar los resultados del referéndum en Suiza, (aunque) está claro que tendrá que haber negociaciones”. Vale recordar que el Reino Unido también contempla restringir el acceso de ciudadanos de otros países europeos a las islas.
Más explícita fue la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen. La dirigente del Frente Nacional francés escribió en su cuenta de Twitter: «Suiza dice no a la inmigración masiva. ¡Bravo! ¿La Unión Europea va a enviar los tanques?».
La inmigración en Suiza
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Aproximadamente el 25% de los 8 millones de personas que viven en Suiza son extranjeros. Esa alta tasa se debe a la economía helvética y a los salarios elevados. La UCD culpó a los inmigrantes del aumento insostenible de la población y del supuesto incremento del desempleo, especialmente en las zonas fronterizas.
Sin embargo, las estadísticas muestran otra cosa. A nivel nacional, el desempleo en Suiza alcanza el 3,2%, muy inferior a sus vecinos.
Las tasas de desempleo de España y Grecia, por ejemplo, superan el 26%, mientras que el nivel medio en la Eurozona es del 12 por ciento. Austria y Alemania son los países con mejores registros, que se ubican en el orden del 5%.