24 BAFICI: premiere galáctica

La película que iba a coronar mi sábado de BAFICI era «Blondi» de Dolores Fonzi. La sala 1 del Cine Gaumont es, confieso, mi favorita del circuito. La acreditación permite reservar entradas el mismo día de la función, sujeta a disponibilidad, y esta función estaba agotada. Así empezó un día 4 frustrado (spoiler: hay final feliz).

«Los médicos de Nietzsche» es el otro documental presentado por Jorge Leandro Colás. Forma parte de la Competencia Oficial Argentina. El propulsor de su historia es el doctor Esteban Rubinstein, quien aborda la medicina general desde una mirada filosófica basada en el pensamiento de Friedrich Nietzsche. El intercambio en su consultorio con los pacientes propone reflexiones sobre la enfermedad, el cuerpo, el diagnóstico, los motivos de las enfermedades, la culpa y más cuestiones.

Colás mantiene, al igual que en «Viedma, la capital que no fue» y en «La visita», una forma austera en sus recursos estéticos y genera un punto de vista de observador casi pasivo y curioso de aquello que ve. No obstante, me detengo a objetar las palabras usadas en el catálogo por Magdalena Arau para describirlo como director «antes que imponer un estilo (que regodearse en esos manierismos mal llamados “rasgos de autor”) busca el modo de que esos mundos fuera -o demasiado dentro- del mundo cobren volumen y lleguen hasta nosotros revelando su verdad. Un ejercicio de humildad y nobleza».

¿Cuáles serían los manierismos mal llamados rasgos de autor que generan un contrapunto con Colás? ¿Se refiere a un contrapunto con el documental o con la ficción? En el plano del documental local más contemporáneo, podríamos pensar en «Danubio», «Un cuerpo estalló en mil pedazos», «Herbaria» o «El silencio es un cuerpo que cae», entre otros, como exponentes de una búsqueda del documental sobre sus rasgos formales. Dudo que se refiera a estos, pero me queda una incógnita sobre el contrapunto que quiso plantear Magdalena.

«La mala familia» de Nacho A. Villar y Luis Rojo. Coproducción entre España y Francia, dentro de la Competencia Oficial Vanguardia y Género. Un juicio civil impone una condena a un grupo de jóvenes por un delito que no conocemos. Tiempo después se reúnen y, en medio de la celebración de un día de calor entre amigos, se filtran las discusiones sobre la multa económica que deben pagar y cómo la posibilidad de ir a prisión les pisa los talones a quienes no pueden lograr pagar cada mes.

Aquí es donde llega el final feliz

Alguien que había leído mi frustración por no conseguir entradas tuvo la amabilidad de acercarme dos entradas que él junto a su pareja no iban a poder utilizar para ir a ver «Blondi» esa noche. Esto también es algo que sucede en festivales como este o el de Mar del Plata: ver personas en redes sociales o en la misma fila incluso preguntando si a alguien le sobra una entrada o si alguien necesita. Gestos lindos que aparecen, alguna vez me tocó regalar una, esta vez me tocó que alguien me obsequie.

Fue la premiere mundial de «Blondi» con presencia de la operaprimista Dolores Fonzi, equipo técnico, sus amigos, familia y muchísima gente. La sala estaba verdaderamente repleta. El director del BAFICI, Javier Porta Fouz, presentó la película y hubo preguntas y respuestas al final.

Por la presencia de tanta gente amiga y conocida, entre ellos Martín Lousteau acompañando a Carla Peterson, no pensé que los abucheos en los spots de Horacio Rodríguez Larreta se harían presentes, pero me equivoqué. Sonaron igual.

La película forma parte de la Competencia Oficial Internacional. Cuenta sobre Blondi y Mirko, madre e hijo, ambos jóvenes y compinches. Una comedia que habla sobre la crianza colectiva, sobre la complicidad femenina, que teje los vínculos de una manera delicadísima, amorosa y fresca. Con las maravillosas interpretaciones de Dolores Fonzi, Carla Peterson, Rita Cortese, Toto Rovito y Leonardo Sbaraglia.