Argentina vuelve a Davos

Después de más de una década (precisamente, desde la gestión de Néstor Kirchner), Argentina vuelve a asistir al Foro Económico Mundial, más conocido como Davos, el cual tuvo como últimos asistentes en representación de Argentina a los expresidentes Carlos Menem, Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde.
Desde el 20 al 23 de enero esta congregación de compañías multinacionales, líderes políticos y en el ámbito de los negocios, intelectuales, empresarios exitosos y Jefes de Estados se reúne para plantear y llevar adelante objetivos económicos que resulten en mejores resultados financieros y políticos para diversas naciones en todo el mundo.
Además, Davos está conformado y financiado por 100 empresas, las cuales deben cumplir una cierta cantidad de requisitos específicos para considerarse miembros, como ser multinacional y tener una facturación superior a los 5.000 millones de dólares anuales. Allí se analiza el contexto actual y se debate sobre una variedad de temas que van desde la economía, política, cambios demográficos y culturales, tecnología e innovación, medio ambiente, arte y salud.
Al respecto de esta edición, denominada «La Cuarta Revolución Industrial», se calcula que tendrá 2.500 asistentes de más de 100 países y contará con la participación de 40 Jefes de Estado. El valor de la presencia en la conferencia es de 20.000 dólares y el alojamiento en cualquiera de los hoteles tiene un precio base de 600 dólares por noche.
Por parte de Argentina se hará presente el presidente Mauricio Macri y en su comitiva se nota la presencia de Sergio Massa. Además, entre otros asistirán Bill Gates y Christine Lagarde junto a Mario Draghi, presidentes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, respectivamente. También se hará presente el actor y activista medio ambiental Leonardo DiCaprio, el cantante Bono (vocalista de U2), el funcionario norteamericano John Kerry (secretario de Estado) y el rey y la reina de Jordania, entre otras personalidades.
Sobre el papel de nuestro país en Davos, desde el gobierno declararon que existen dos objetivos concretos: uno es acelerar un mensaje de cambio rotundo de políticas públicas que de otra forma diplomática llevaría más tiempo, y la segunda meta es informar que existe una total apertura de mercados para acercar inversiones. De todas maneras, hay que tener en claro que esta puede resultar un arma de doble filo: los mercados están buscando mano de obra cada vez más barata y exigen a los Estados que las condiciones para generar intercambios sean establecidas desde el sector privado.

Por qué Davos

La pequeña localidad se sitúa entre montañas y es la que se encuentra más elevada en relación al nivel del mar en Suiza y de todo Europa, ya que se ubica a 1.560 metros. Además, cuenta con una escasa población que apenas supera los 11.000 habitantes.
Otro ítem que influye en la decisión de reunirse en este pueblo es que la contaminación ambiental es de los más bajo y el nivel de dióxido de carbono se coloca en alrededor de un 30% inferior a lo habitual para la fecha en que se realiza este encuentro (entre otras cosas, porque se realizan controles exhaustivos para reducir el tránsito en las zonas cercanas).
Asimismo, el lugar es elegido por tradición y porque los especialistas en seguridad afirman que estas condiciones antes mencionadas permiten un mejor trabajo de protección y vigilancia para los más de 5.000 responsables que estarán presentes para cuidar que todo se realice sin inconvenientes, ya que cada año se incrementan las protestas en distintas partes del mundo contra este encuentro en el que se planifica, de alguna manera, el destino económico del planeta.