
A pedido de UNICEF, el ingeniero Andreas Hammar diseñó y construyó una máquina que puede convertir el sudor que se encuentra en la ropa en agua potable. Esto ayudaría a los miles de niños que mueren todos los días por beber agua sucia y, además, combatiría la sequía en muchos lugares. A pesar de que es un derecho humano, en el mundo hay más de 700 millones de personas que no tienen acceso al agua potable.
¿Cómo funciona esta máquina?

La máquina se lanzó la semana pasada en Suecia y ya más de 1.000 personas probaron el agua que genera. Sus creadores sostienen que el líquido es más limpio que el agua de la canilla.

Para probar la máquina se llevó a un torneo infantil de fútbol y se instalaron unas bicicletas con voluntarios que se ejercitaban. Una camiseta transpirada puede generar 10 mililitros de agua, que sería el equivalente a un sorbo. Esto no parece ser demasiado, por eso, ahora más que nunca tenemos que ponernos a transpirar la camiseta.