Acción por el derecho al aborto

El pasado 19 de febrero se conmemoró, como cada año, el Día de la Acción Verde por el Derecho al Aborto.

El color verde se convirtió en un símbolo distintivo en la lucha por el derecho al aborto en varios países, especialmente en América Latina. La asociación del verde con este movimiento es una forma de visibilizar y expresar el apoyo a la legalización del aborto y los derechos reproductivos de las personas gestantes.

Cabe destacar que este color verde contribuyó a la creación de una identidad visual y conceptual para los movimientos feministas y derechos reproductivos, permitiendo que sus mensajes sean reconocibles y compartidos en diversas plataformas y eventos. La lucha por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito movilizó a diversos sectores de la sociedad argentina y generó un intenso debate en el ámbito político y social.

Uno de los mayores hitos de esta lucha fue el proyecto de ley para la legalización del aborto, presentado por primera vez en el Congreso en 2018. Este generó un amplio debate público y movilizó a miles de personas a favor y en contra de la legalización. No obstante, a pesar de que el proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados en junio de 2018, fue rechazado por el Senado en agosto del mismo año.

Sin embargo, el tema continuó siendo relevante, y la presión social a favor de la legalización persistió. En diciembre de 2020, el Congreso finalmente aprobó la legalización del aborto en un histórico voto. La ley permite el acceso a la práctica hasta la semana 14 de gestación y, más allá de ese plazo en casos de violación o riesgo para la salud de la persona gestante.

La aprobación de la ley marcó un hito en la lucha por los derechos reproductivos en América Latina, convirtiendo a Argentina en el primer país importante de la región en legalizar el aborto.

La legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) permitió a las personas acceder a procedimientos de aborto de manera segura y legal, evitando los riesgos asociados con abortos clandestinos.

También contribuyó a reducir el estigma asociado al mismo, al reconocerlo como un derecho y, además, al empoderamiento, al otorgarles el control sobre sus propios cuerpos y decisiones reproductivas.

Sin dudas, aportó a un cambio en las prioridades y enfoques de las políticas públicas relacionadas con la salud reproductiva y los derechos de las mujeres.

Actualmente, en un contexto hostil a los derechos para las mujeres y diversidades, el activismo y la movilización se encuentran más que vigentes para abordar aspectos relacionados con la salud sexual y reproductiva, así como para garantizar la implementación efectiva de la ley.