Lunes 29 de julio y un nuevo choque de trenes, esta vez en Suiza. La colisión sucedió en la ciudad de Granges-près-Marnand (cantón de Vaud), a 8 kilómetros al sur de Payerne, a las 6:50 p.m., hora local. Uno de los trenes se dirigía a Lausana y el otro hacia Payerne. Chocaron cuando uno de ellos llegaba y otro partía de la estación. En los trenes viajaban 45 personas en total.
Hay decenas de heridos: al menos 35 y cuatro de ellos de gravedad. Algunos pasajeros con heridas leves fueron asistidos en el lugar de los hechos y otros fueron trasladados a hospitales. Uno de los maquinistas no había podido ser localizado luego del accidente. Lamentablemente, por la noche, encontraron su cuerpo en la cabina de conducción de uno de los trenes. Se evalúa si hay otros cuerpos dentro de la cabina, que quedó totalmente aplastada. Por el momento, el maquinista es la única persona que falleció en el accidente.
Las investigaciones preliminares sugieren que la causa puede haber sido que uno de los conductores no haya respetado un semáforo en rojo. «La falta de respeto de una señalización luminosa es la hipótesis privilegiada», afirmó en una conferencia de prensa el portavoz de la Policía Cantonal de Vaud, Jean-Christophe Sauterel. El portavoz también explicó que se trata de trenes regionales que no alcanzan gran velocidad, por lo cual el accidente podría, en otra circunstancia, haber sido mucho peor.
La noticia del choque de trenes en Suiza se suma a la ola de hechos referidos a accidentes ferroviarios. La semana pasada fallecieron 79 personas y hubo más de 150 heridos como consecuencia del descarrilamiento de un tren cerca de la ciudad Santiago de Compostela, España. La cantidad de muertos de esta tragedia conmueve: se trata de uno de los peores accidentes ferroviarios de Europa.
En el caso español resulta difícil creer que el tren iba a 192 kilómetros por hora en un tramo en el que la velocidad máxima permitida es de 80. Además, el maquinista estaba hablando por teléfono al momento del accidente y segundos antes de este acontecimiento intentó frenar pero no lo logró. Pareciera que no hay demasiada consciencia sobre la responsabilidad de llevar tantas vidas a bordo. El conductor está procesado, se le atribuyen 79 delitos de homicidio y delitos de lesiones «por imprudencia profesional».
En Argentina no estamos ajenos a este tipo de sucesos. El pasado 13 de junio, en la localidad de Castelar (provincia de Buenos Aires), un tren de la línea Sarmiento chocó contra otra formación que se encontraba detenida. Hubo 3 muertos y 315 heridos. Como si estos hechos no fueran suficientes, el 12 de julio cerca de la ciudad de Paris, Francia, también ocurrió un accidente de este tipo cuando se descarriló un tren, lo cual dejó 7 pérdidas humanas.
Pareciera que los temas a tratar en referencia a los trenes son asuntos que afectan en todas partes del mundo, y que no son únicamente concernientes a la seguridad y las condiciones de las formaciones, sino también a la consciencia de los conductores.
Fotos: EFE
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