Comida social

Conocemos la llamada «polenta mágica», esa que se cocina en un minuto. Ahora le salió una competencia: el locro liofilizado que se cocina en un minuto. Pero más allá de la humorada, la realidad detrás de esta iniciativa es mucho más social.

Uno de sus ideólogos, Matías Seleby, lo presentó en la última edición de la feria Caminos y Sabores el fin de semana largo del 9 de julio.

Este locro no es más que uno de los productos de «Comida por un dólar». Este es un proyecto ideado por emprendedores misioneros destinado a satisfacer en forma urgente y permanente las grandes necesidades alimenticias y nutricionales que existe en el mundo y acceder a una alimentación nutritiva a un costo accesible.

«Es un proyecto social y al locro le sacamos el agua mediante el proceso de liofiilización, se lo congela y después se elimina el hielo al calentarlo al vacío. Se sublima el agua, con lo cual el alimento no pierde minerales, proteínas, nutrientes ni sabor. Queda tal cual estaba antes, solamente que no tiene más el agua. Esa es la gran diferencia con los demás procesos de deshidratación», explica Seleby. Una de las grandes ventajas de este sistema es la durabilidad de los alimentos, ya que de esta manera pueden conservarse hasta 20 años. «No tiene ni una bacteria y el producto está estabilizado», precisa Sebely.

Alimentos con proteínas

Uno de los puntos clave de esta comida es que son alimentos de gran contenido proteico y, además del locro, se comercializa guiso de lentejas, guiso de arvejas, cazuela de mondongo, feijoada y puré de mandioca con cerdo. «La idea es que la gente tenga un menú por día de comidas regionales que le gustan a la gente y sean suculentas», señala Seleby. Cabe aclarar que no comercializan fideos ni platos con carbohidratos o harinas.
Seleby precisa que trabajan «con proteínas vegetales y animales que es lo que necesita el cerebro para desarrollarse, estar bien nutrido y rendir. Una persona mal alimentada no rinde tanto como una bien alimentada» y remarca que «el gran problema de las dietas es que no tienen proteínas. La gente come fideos, pan, es puro carbohidrato, papas fritas, comida chatarra. Necesitamos comer proteínas vegetales y animales, legumbres que es lo que alimenta y tiene nutrientes para que el cuerpo tenga glucosa y se desarrolle bien a nivel neuronal».

¿A quiénes está dirigido?

Los principales destinatarios de estos productos son los «abuelos y nenitos que son los que más sufren estos problemas alimentarios y tienen que tener acceso a una alimentacion sana, saludable y nutritiva».

La iniciativa surgió ante las quejas de un poblador de la localidad misionera de Alem, de donde es Seleby, quien reclamó que los perros y los chanchos comían mejor que las personas. Las dificultades de los chacareros para poder vender su producción fueron el disparador «para pensar qué hacíamos con la producción de las chacras» y decidieron «en base a eso hacer comidas regionales con valor agregado», con la cual alimentar a la gente «por un valor de no más de un dólar. La ración nunca va a salir más de un dólar porque la idea es que se pueda alimentar gente en situación de calle, con hambre, en situación de pobreza extrema o víctima de catastrofes», señala Seleby.

Los productos de «Comida por un dólar» se distribuyen exclusivamente por intermedio de ONG’s, municipios y entidades que trabajen con la problemática del hambre. Por otra parte, también hay una línea comercial denominada «Mi Menú» que se puede adquirir en los supermercados y dietéticas. Estos productos tienen un costo superior a un dólar y sus creadores las llevan directamente a los lugares de expendio. Se pueden hacer pedidos a través de la página de «Comida por un dólar».

Cómo se preparan los platos

El contenido de los paquetes (un polvo) se pone en el recipiente, que puede ser un plato u olla, y se le echa agua caliente y se revuelve lentamente hasta que adquiere sus cualidades particulares, exactamente iguales a las que tenía la porción antes de ser deshidratadas. En treinta segundos se puede disfrutar de una sabrosa comida con todas sus proteínas y nutrientes. Es un alimento nutritivo, de liviano peso, económico y no perecedero (puede mantenerse en perfectas condiciones hasta un periodo de 20 años), con lo cual este proyecto puede ser utilizado para dar alimento a grandes cantidades de personas en situación de vulnerabilidad social, económica y aquejada por catástrofes o desastres naturales.

Finalmente, vale mencionar que con el nombre de «Comida por un Dólar» se busca instalar en la sociedad una referencia alimenticia nutritiva y a un precio accesible por cada porción.