Vi la abdicación de la Reina de Holanda y un afamado periodista hacía una pregunta muy interesante sobre por qué las niñas tienen la fantasía de casarse con un príncipe, a lo que la reconocida protocolista que lo acompañaba le contestó: «porque lo traen de los cuentos de hadas».
En la antigüedad, la coronación mostraba una iniciación.
¿Qué es una iniciación?
Es nacer a otro estado, es iniciarse en otra etapa, es morir en una forma para renacer en otra. La persona deja de ser lo que era y entra hacia una nueva experiencia. Para eso, en la antigüedad se solía preparar al neófito en una serie de pruebas y en Grecia existían estos pasos, o estados de conciencia, y se realizaban con los Misterios Eleusinos.
Todo estado, para pasar a otro nuevo, debe morir. Debemos dejarlo partir. Hoy la sociedad no tiene estos ritos de pasajes, por lo tanto vivimos en una constante crisis, porque no hacemos el duelo de “dejar ir”. La niña debe dejar de ser niña para ser mujer, y son los padres los que le deben enseñar ese “rito de pasaje”. El rito es un estado dentro del mismo pasaje, para que la mente y el sentimiento se vayan adecuando al nuevo proceso.
Hoy todo es tan vertiginoso que no procesamos y no comprendemos qué nos sucede. Por ejemplo, cuando el adulto deja de trabajar y se jubila, muchas veces (y diría la mayoría de las veces) entra en un estado de depresión, porque no hizo su rito de pasaje, no se preparó para el nuevo cambio y no deja partir la etapa anterior. Los griegos a esta instancia (de no trabajo o trabajo pasivo) la llamaban el “Divino ocio”. Son los tiempos donde podemos meditar más, estamos más tranquilos para contemplar las estrellas, nos tomamos un tiempo de retrospección, y las respuestas vienen con mayor claridad. La lucha ya quedó atrás, es “mi tiempo”, son tiempos más espaciados, sin tantos apuros y donde se comienza a poner en práctica el “conócete a ti mismo y conocerás el universo”.
En los Misterios Eleusinos (misterios de iniciación) existían diferentes pasajes llamados de purificación, de coronación y finalmente de unión. En los primeros se invocaban a los dioses purificadores: uno de ellos era Asclepios (“El Sanador”) y, no en vano, su imagen representa a un hombre sosteniendo una vara con una serpiente enroscada.
Hoy podemos decir que con los tiempos que corren la purificación viene en el hacer la acción, lo que ellos llamaban “el sagrado oficio”, que no es nada más ni nada menos que el “sacrificio”. Uno, de esa manera, se hace a fuego lento en la vida y se prepara a lo que hoy diríamos “El servicio”. En el caso de un rey, por ejemplo, el servicio a su pueblo y no ser servido por él.
Como siempre, les dejo una imagen que vale más que mil palabras. Comparto la coronación de Aragorn en «El Señor de los Anillos – El retorno del rey».
Un comentario de “¿Coronación o iniciación?”
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Excelente!!!
Me sugiere preguntarme: cuántas coronaciones/iniciaciones pasamos y a veces ni las advertimos, o no la valoramos suficientemente?, todos somos reyes y reinas de nuestras vidas, o al menos intentemoslo!!
Gracias,