¿Qué se ve en la escultura de Cristóbal Colón? Por sí sola es un pedazo de piedra, o de mármol, pero como símbolo nos interpela como sociedad desde un lugar atestado de sentimientos encontrados. Este monumento, que hoy es foco de controversia, fue un regalo de la colectividad italiana por el centenario de la Revolución de Mayo, revolución que se vivió como uno de los primeros pasos hacia la independencia. Pero, por un lado e irónicamente, nos recuerda al principio de la europeización americana, los espejitos de colores, la “colonización” y el avasallamiento de nuestros orígenes. Desde otro punto de vista, se puede decir que no deja de ser un peldaño fundante de nuestra cultura, un proceso histórico que nos moldeó.
Este símbolo, que trae a colación el choque de dos culturas, viene generando en la capital porteña un choque entre dos posturas encontradas. El debate encontró lugar cuando, desde el gobierno nacional, y asumiendo la potestad del monumento, dieron a conocer la intención de trasladarlo a la ciudad de Mar del Plata y, en su lugar, colocar una escultura de Juana Azurduy (una luchadora por la emancipación). El argumento es sólido y, en palabras de la Presidente, «el lugar de la Casa Rosada, que es la casa de todos los argentinos, tiene que estar representada por los que lucharon y dieron su vida por la independencia».
Ante esta situación, el gobierno porteño se mostró en contra del traslado y propuso ante la legislatura que el monumento de Azurduy sea colocado en el Parque Indoamericano. Sumado a esta negativa, la asociación “Basta de demoler” presentó a finales de mayo un recurso de amparo ante la justicia para resguardar al patrimonio histórico, gracias al cual la jueza Claudia Rodríguez Vidal detuvo el traslado.
Finalmente, después de los tironeos entre el gobierno nacional, el de la ciudad, las organizaciones que luchan por la protección de los monumentos históricos y la justicia, la estatua de Colón (cuyo lugar en el mundo es, todavía, detrás de la Casa Rosada), fue bajada de su pedestal. Pero no para trasladarla a Mar del Plata, sino para restaurarla.
De todos modos, el destino de la estatua todavía no está sellado: según declaraciones del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, no pueden reubicarla pero “esto está por resolverse” e indica que no van a desistir y van a seguir presentando los argumentos a la justicia.
Más allá de ser otro capítulo más de la política de derechos humanos planteada desde nación, dar luz a la problematización de un símbolo tan naturalizado como lo es la “colonización” con todo su espectro, es una gran invitación para cuestionarnos cómo nos representamos, qué somos. No podrían ser mejores las palabras de Los Cafres para acompañar esta reflexión: “Escucho a la pachamama voy entendiendo toda la historia, se encuentran fuertes raíces cavando hondo en nuestra memoria”.
Cristóbal Colón, otro símbolo del monumento
2 comentarios en “Cristóbal Colón, otro símbolo del monumento”
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Sigamos ocupándonos y discutiendo el hecho de mover estatuas, monumentos y demás hechos del pasado en vez de atender las necesidades y deudas pendientes con la sociedad de hoy. Seguramente así vamos a avanzar hacia un futuro mejor!!
Y menos mal que a la Nación le sobra la guita y puede darse el lujo de pagar el alquiler y lucro cesante de la grúa y el obrador que instalaron para bajar la estatua, seguro no había nada mejor para destinar esos recursos….
Tomás,
Si bien es algo que no abarqué en la nota, tu punto de vista me parece totalmente válido.
Muchas gracias por leernos, saludos.