«De espaldas a la sociedad, por decreto y sin discusión»

La Ciudad de Buenos Aires amaneció este miércoles con anuncios por parlantes y carteles en estaciones de trenes que amenazaban a la ciudadanía contra el derecho constitucional a manifestarse. «Protesta no es violencia. La Policía va a reprimir todo atentado contra la República», alertaban las comunicaciones emitidas por el Gobierno Nacional.

Al mismo tiempo, las fuerzas de seguridad realizaban controles en las calles por la marcha semanal de jubilados frente al Congreso, que la semana pasada tuvo episodios de violencia que recuerdan las épocas más oscuras de la historia reciente en Argentina. Sí, hubo calles cortadas por el operativo comandado por la ministra Patricia Bullrich para evitar cortes de calles.

Precisamente, dentro del recinto parlamentario, la administración de Javier Milei recibía el apoyo de la Cámara de Diputados para aprobar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para tomar una nueva deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). No fue necesario informar las condiciones del acuerdo, el monto del mismo, los plazos de pago ni el destino de los dólares que la entidad financiera entregará al mandatario. El futuro préstamo tuvo la aprobación con 129 votos a favor, 108 en contra y 6 abstenciones. Los legisladores que dieron el visto bueno para el endeudamiento pertenecen a La Libertad Avanza (LLA), el PRO, la Coalición Cívica, Encuentro Federal (de Miguel Ángel Pichetto) y la mayoría del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR). La oposición provino de Unión por la Patria (UxP) con siete ausencias que responden a Raúl Jalil, el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) y un sector de la UCR disidente (Democracia para Siempre). «El acuerdo no se puede hacer de espaldas a la sociedad, por decreto y sin discusión en este Parlamento», denunció Facundo Manes antes de votar en contra.

Asimismo, durante la sesión, diputados como Nicolás Del Caño (FIT) y Marcela Pagano (LLA) fueron censurados y les apagaron los micrófonos en sus ponencias. Por ejemplo, la periodista sacó un megáfono y siguió hablando, para acusar al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, de fascista. «La primera vez que habla y habla para pegarle a Menem, mirá lo que es la nena», se burló de Pagano su compañera partidaria, Lilia Lemoine.

Luego de la sanción, el Gobierno Nacional emitió un comunicado que, sorprendentemente, niega que se trate de un empréstito: «Este acuerdo garantizará una operación de crédito público para que el Tesoro Nacional cancele deuda existente con el Banco Central e implica una reducción del total de la deuda pública». «Nuestra Constitución otorga al Ejecutivo la atribución de dictar DNU en circunstancias excepcionales, y en este marco, la pesada herencia del anterior Gobierno coloca a la Argentina en una situación de extrema necesidad y urgencia», expresó Cristian Ritondo (PRO).

Finalmente, Máximo Kirchner (UxP) adelantó que «no va a funcionar. Ustedes tienen una responsabilidad única hasta el 10 de diciembre de 2027. Ejérzanla. Y el 10 de diciembre de 2027 el gobierno que asuma podrá plantear la ilegitimidad e ilegalidad de esta deuda». Afuera, en la plaza, los jubilados -estadísticamente, el sector con mayor ajuste en la actual administración, que alcanza el 21% del total de recortes, y que desde la semana próxima solo permitirá al 10% de mujeres jubilarse y 30% de hombres acceder al beneficio por el fin de la moratoria previsional- no contaron con el mismo apoyo masivo que tuvieron solamente 7 días atrás, y las camisetas de fútbol que invadieron la ciudad brillaron por su ausencia.