Desplazamientos, un problema silencioso

«El mundo no deja de moverse» podría ser una gran frase que connote innovación, avances en materia de descubrimientos científicos o tecnologías para facilitar la vida de todos los habitantes. Pero no, en este caso se trata de los 38 millones de personas que fueron desplazadas de su tierra por los diferentes conflictos por los que atraviesan los países (un total cercano a la población de toda la República Argentina). «Se trata de las peores cifras de desplazamientos forzados en una generación, lo que pone en evidencia nuestro fracaso absoluto para proteger a civiles inocentes», manifestó con indignación Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para Refugiados (CNR), organización civil que trabaja en esta causa.
Además, Egeland presentó con Volker Turk, su par del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) un informe del Observatorio de Desplazamiento Interno que indica que las cifras siguen creciendo y, solo en 2014, once millones de personas fueron obligadas a huir de sus hogares por, principalmente, conflictos bélicos o de violencia institucional. Asimismo, vale destacar que las estadísticas anuncian que la cantidad de desplazados internos lleva tres años consecutivos en permanente crecimiento.
Así, ambos referentes concuerdan en que «los diplomáticos, las resoluciones de la ONU, conversaciones de paz y acuerdos de alto el fuego perdieron la batalla contra hombres armados sin piedad y motivados por intereses políticos o religiosos». En cuanto al informe anual elaborado especialmente sobre este ámbito, Egeland aclaró que «debería servir como una tremenda señal de alarma. Debemos romper esta tendencia en la que millones de hombres, mujeres y niños se encuentran atrapados en áreas de conflicto alrededor del mundo».
Como ejemplo, recordemos que por el conflicto en Sudán del Sur, estos días se contabilizaron aproximadamente 200.000 refugiados en Etiopía, cifra que seguramente irá creciendo hasta tanto no se solucione. «Los refugiados son principalmente mujeres, niños y personas mayores. La mayoría están huyendo de nuevos combates en los estados del Alto Nilo y Jonglei, o como medida de precaución. Algunos hombres jóvenes huyen debido a los rumores de reclutamiento forzado», detalla un artículo de Naciones Unidas. «Etiopía es el país de África que hospeda al mayor número de refugiados, con casi 700.000 personas, principalmente de Sudán del Sur, Sudán, Somalia y Eritrea», concluye el documento.
Por su parte, Turk alertó sobre las consecuencias que acarrea la falta de resolución de este problema: «La tendencia es que, cuanto más dura el desplazamiento, estos se sienten más inseguros y cuando la desesperanza los invade optan por cruzar las fronteras y convertirse en refugiados». Obviamente, esto repercute en las formas de vida, la escasez de oportunidades laborales y, por ende, el incremento de la delincuencia, la criminalidad, la falta de educación y acceso a viviendas dignas, además del resentimiento, sentimientos de odio y desarraigo y separación de culturas que afectan al normal desarrollo de una sociedad más justa y equitativa para todos.