Dónde están las feministas

Berta Cáceres, presente.

En un nuevo aniversario de su asesinato, recordamos a la ambientalista y feminista hondureña. En 2016, Cáceres fue asesinada tras oponerse abiertamente a un proyecto hidroeléctrico de Agua Zarca, el cual planteaba la construcción de una presa que ponía en riesgo a la comunidad indígena Lenca en Honduras.

Repasemos algunos datos sobre su vida

Sus padres fueron José Doré Cáceres Portillo y María Austra Berta Flores, quien se desempeñó como partera, enfermera y alcaldesa, y ayudó a refugiados de El Salvador durante la guerra civil. Además, sometió la moción de la firma de Honduras del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales, el cual fue firmado en 1995. También impidió que se instalara un batallón en La Esperanza para evitar la militarización.

La infancia de Berta estuvo atravesada por la convulsionada realidad social, que no era ajena al entorno familiar, los Cáceres enfrentaron continuas persecuciones.

Asimismo, contrajo nupcias con el dirigente indígena Salvador Zúñiga, con quien tuvo cuatro hijos. Una de ellas, Berta Zúñiga Cáceres, asumió el liderazgo del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), la organización que Berta Cáceres fundó en 1993 y dirigió hasta su muerte.

El crimen que finalizó su vida se llevó a cabo el 3 de marzo de 2016 en la vivienda de Berta Cáceres, en La Esperanza, en compañía del ambientalista Gustavo Castro. Luego, Castro relataría que las puertas fueron forzadas y que escuchó a Berta preguntar: “¿Quién está ahí?”, obteniendo el disparo de un sicario como respuesta.

Según las estadísticas, Honduras es un país sumamente peligroso para el activismo ambiental, especialmente para las mujeres. Durante 2018, un promedio de más de tres personas defensoras de la Tierra fue asesinadas cada semana, según datos de Global Witness, y más de 800 en total asesinadas desde 2014, según el informe de Front Line Defenders.

La propia Berta lo advirtió: “Vos tenés la bala… yo la palabra… la bala muere al detonarse… la palabra vive al replicarse”.