El auspicioso debut de Dolores Fonzi

«Blondi», tal el título de su opus, marca el debut en el cine como realizadora y coguionista (junto a Laura Paredes) de la actriz Dolores Fonzi, y el resultado no podría haber sido más feliz, ya que todo aquí se conjuga mágicamente, desde la historia hilvanada con abundantes toques de humor hasta las ajustadas actuaciones en todos y cada uno de los personajes que conforman una perfecta familia disfuncional y sumamente querible.

En su triple rol, (además de los otros dos ya mencionados), Fonzi asume el protagónico de esta propuesta, dando vida a una madre soltera, joven, rockera y libre, a cargo de un hijo adulto (Toto Rovito) que planea iniciar sus estudios universitarios, y con quien conforma una dupla maravillosa de amor, complicidad y diálogo honesto y abierto.

Ese dúo se inserta en el marco del resto de la familia, la madre de Blondi (todos aquí se llaman por sus nombres), papel interpretado notablemente por Rita Cortese, inspiradora seguramente de la libertad de nuestra protagonista, y su hermana (otra ajustada composición de Carla Peterson) en permanente desequilibrio y en la búsqueda tardía de su identidad, llevando a cuestas un matrimonio fallido.

La sinceridad que brota de cada uno de los diálogos es conmovedora y nos sumerge en este pequeño pero a la vez gran universo de Blondi, en un entorno de casas bajas y un empleo rutinario, con mucha música, porros para matizar el día, festejos en familia, dormidas en grupo y rescates familiares.

A la manera de las comedias dramáticas francesas que tanto supimos admirar, con alegría descubrimos que hemos prohijado un valioso antecedente en nuestro país, y le auguramos a esta inquieta actriz muchos e interesantes filmes por venir.