El día después de mañana

El mundo transita horas dramáticas a causa de la pandemia de COVID-19 y ese dramatismo, poco a poco, fue afectando a todas las actividades en una situación inédita. El fútbol no es ajeno a toda esta problemática y, mientras en Europa se especula con la reanudación de las actividades, en Argentina el problema arrancará el próximo mes para los clubes de todas las categorías.

¿Por qué en mayo?

La respuesta es tan simple como tajante: porque en ese mes las arcas de los clubes quedarían en cero, salvo pocas excepciones. Si no se juega no se televisan los partidos, por ende, no hay plata por los derechos de televisación.

Los clubes se vieron en la necesidad de tomar ciertas medidas desde hace unos días. La principal es el recorte de sueldos en el plantel profesional (Racing fue el primer club que adhirió a esta metodología) y rogaron a las personas que componen la masa societaria que mantengan sus cuotas sociales al día.

Claro que todos los planteles no vieron con buenos ojos una baja en sus respectivos salarios y algunas dirigencias que desde el comienzo remarcaron que no habría recorte, dieron marcha atrás en sus dichos. Otras instituciones no están al día con sus empleados ni con el plantel y con los adelantos de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) pagan como pueden sus obligaciones.

Como se sabe desde hace años, hay clubes ordenados en materia económica y otros que pecaron de cierta irresponsabilidad en el manejo de sus arcas. Uno de los que pertenecen al primer grupo es Lanús, una institución al que el cartel de «modelo» le queda perfecto. Nicolás Russo, presidente granate, admitió que quedará «un lindo despelote» para los clubes.

“Para recomponernos de esta situación, los clubes como Lanús necesitarán tiempo, hasta buena parte del 2022, para ponerse a cero», remarcó Russo. Además, explicó que la venta de uno o dos jugadores no modifica el desajuste financiero que se originó por el parate del fútbol.

Desde el Estado lanzaron varias medidas para para amortiguar esta crisis sin precedentes. Una de ellas es el Programa de Recuperación Productiva (REPRO), que apunta a asistir a pymes para el pago de salarios de sus empleados. El Club Atlético Ferrocarril Oeste fue la primera cara del fútbol que adhirió a esta ayuda, a la cual también se sumó Lanús.

Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), reconoció que piensan en cómo «proteger a los que trabajan en el fútbol» y reclamó «compromiso, seriedad y responsabilidad» a la dirigencia del fútbol argentino.

«Lo que llama poderosamente la atención, es que los que pagaron marzo son los clubes más humildes que terminan peleando el descenso y quizás los que no hacen las cosas bien son los que terminan peleando el campeonato o la clasificación a una copa», denunció Marchi, quién remarcó que AFA «adelantó los pagos a los clubes dos o tres días antes de lo habitual para volcar el dinero a los trabajadores, pero hubo algunas personas que hicieron lo contrario».

Mientras que en algunos países del Viejo Continente retomaron los entrenamientos presenciales, como en Alemania, en Argentina este escenario parece estar lejos de aplicarse, a pesar de que hace pocos días CONMEBOL ratificó su intención de continuar con los torneos internacionales.

Por su parte, Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes, reconoció que es muy difícil que el fútbol se juegue sin público «por lo menos hasta fin de año» y consideró que sería un «riesgo innecesario» tener espectadores en los estadios.

¿Que pasará? Nadie lo sabe con certeza, mientras tanto, se escribe un nuevo capítulo del tan maltratado fútbol argentino.

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