El mundo se puso raro

Pasó una semana más y seguimos en cuarentena, ahora los runners pueden correr pero no se contagian como los viejitos amontonados para cobrar sus suculentas jubilaciones. Además, el Gobierno Nacional quiere expropiar Vicentín y algunos de los perjudicados por la empresa cacerolearon en contra de esa medida. Y a Formosa se le terminó el invicto, le llegó el COVID-19 o Alberto, o ambos a la vez.

Noticias de la Gorra

Cuarentena día 1 millón. Por suerte, ya se flexibilizaron cosas importantes y ahora los que se quejaban porque los viejos se amontonaban en los bancos y eran un peligro para la sociedad salieron a correr su maratón por los parques porteños, uno pegado al lado del otro y escupiéndose en la cara.

Super Berni, el ministro de Seguridad bonaerense, sigue tocándole los huevos al presidente Alberto Fernández y, además de cuestionar la apertura de la cuarentena, ahora se pasea cual Rambo por el Conurbano con fusil en mano y manejando una chopera como si fuera Poncharelo. El presidente, en medio de toda esta volada de los runners, amenazó con volver a la fase 1 y a todos se les frunció el culo…pero como parece que está todo muy tranca, se tomó un tiempito para ir a dar una clase de Derecho a la facultad… por Zoom.

También se está tomando un tiempito para recorrer distintas provincias y saludar con abrazos a gobernadores y comer asados con 80 personas sin protocolo alguno. Todo muy coherente. ¿Te acordás que en Formosa había cero casos de COVID-19? Bueno, adiviná por qué provincia pasó Alberto y su comitiva.

¡Se viene Venezuela! O algo así, o no tanto, o vaya uno a saber qué mierda tienen en la cabeza los que defienden a una empresa que cagó a todo un pueblo. Bueh, la cosa es que el Gobierno intervino a la cerealera Vicentín, que le debe una parva de guita a bancos, empleados y proveedores, a la cual le habían otorgado un crédito inédito durante el gobierno anterior y que, curiosamente, fue su principal aportante en la campaña electoral del 2019. Otra curiosidad es que, en medio de una pelea contra los bonistas diciéndole que no les pueden pagar, el Estado se haría cargo de una deuda de 100.000 millones. Se ve que quedaba un canuto por ahí.

Como en este país lo más lógico es que la clase media estafada que no llega a fin de mes defienda los derechos de ricos que jamás defenderían los de ellos, ahí nos encontramos a un montón de gente saliendo a cacerolear por Vicentín y sus accionistas que fugaron la guita de la empresa y cesaron los pagos a todo un pueblo… deben tener una buena razón.

Finalmente, sigue el quilombo con el espionaje de la AFI y ahora detectaron que tenían pinchadas las comunicaciones de los presos políticos con la connivencia del Servicio Penitenciario de Ezeiza, por lo cual le pegaron un voleo en el orto al director y metieron una interventora. Por otro lado, se presentaron como querellantes Cristina Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, que aclaró que «está seguro que Mauricio Macri no tiene nada que ver con esto», pero si tiene cuatro patas y maulla, para nosotros es un gato.