El mundo se puso raro

Vuelven las clases presenciales a la Ciudad de Buenos Aires, si los gremios quieren y le ganan la disputa al Gobierno porteño. Los favores, coimas o chanchullos siguen a la orden del día en la construcción en el ámbito capitalino tanto como en la distribución de vacunas a nivel nacional. Nadie quiere perder la posibilidad de quedarse con un vuelto. Y hablando de vacunas… la rusa, la yanqui o la que sea curan a algunos y matan a otros. Finalmente, en medio del terremoto de San Juan, los políticos demuestran que siempre se puede esperar algo de ellos… algo peor.

Noticias de la Gorra

Después de idas y vueltas vuelven las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires, con un protocolo medio raro pero, por lo menos, los pibes van a dejar de romper las bolas en las casas. Eso sí, esto afecta a un sector muy importante que se preocupa mucho… por ellos mismos, como los gremios que se oponen y amenazan con un paro. El escalafón más alto en la vagancia sindical, sin dudas, es el de los maestros.

Seguimos en la capital y el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, le adjudicó una mega obra inmobiliaria a un aportante a la campaña presidencial del PRO, porque los favores siempre se devuelven, sobre todo en el gremio de la construcción.

Rajaron a Guillermo Nielsen de YPF y todos sabemos que de donde sale un ladero de Alberto Fernández entra rápidamente un muchacho de La Cámpora. Son los okupas del peronismo.

Asimismo, detuvieron a un playero que robaba 130 lucas por semana en un despacho de nafta en Neuquén. Lo que se dice un lindo rebusque.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) finalmente autorizó la aplicación de la vacuna rusa en mayores de 60 años y, ahí nomás, los pusieron en la fila al ministro de Salud de la provincia, Daniel Gollán, y al presidente Fernández. Porque Ginés González García tiene cada de boludo, pero el primer balazo que se lo coma otro.

Mientras acá seguimos inoculándonos comunismo ruso, en Francia murieron 5 viejos que se aplicaron la vacuna de Pfizer, lo que demuestra que es un desperdicio vacunar viejos. Es como darle una última cena a un condenado a muerte.

El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, dijo que a partir de junio el COVID-19 va a ser historia. Se ve que el cloro que se toma con Vivi Canosa lo puso optimista y se mandó un comentario muy «segundo semestre».

Los que parece que pegaron una frenada a último momento fueron los del correo privado Andreani, que cobran 430 millones de pesos por el servicio de reparto de las vacunas que, en teoría, iban a donar. Cobran 10 veces más de lo que estimó el Correo Argentino y salió por adjudicación directa, o sea, hay alguien que está recibiendo un lindo retorno y seguro es funcionario público y gremialista.

Por suerte, todo sale bien con el desarrollo de las vacunas. ¿Eh, no? Se prendió fuego la principal fábrica de vacunas contra el COVID-19 en la India. Nosotros entendemos que con el sueldo que le pagan a un indio en Alemania comprás un caramelo, pero dejémonos de joder con darle responsabilidades a tipos que cagan en la vereda y esquivan vacas.

El concejal entrerriano de Juntos por el Cambio, Santiago Buktenica, fue detenido mientras manejaba mamado y armado. Se excusó diciendo que venia del casino y que es un «preso político». Lo persiguen porque es un fenómeno en el black jack.

Finalmente, hubo un terremoto en San Juan. Una diputada de Cambiemos aprovechó la volteada para tuitear que espera que «este terremoto no sea igual que el de 1944, que nos dejó 75 años de peronismo». Porque la política argentina siempre nos demuestra que se puede ser un poco más hijo de puta.