El mundo se puso raro

Antes del plato fuerte del domingo (el debate presidencial), llegó la picadita. Es por eso que tuvimos el desagradable gusto de ver el debate entre candidatos a Jefe de Gobierno porteño, una sumatoria de chicanas, insultos y proyectos inviables entre un radical disfrazado de peronista, un tipo que ni siquiera vive en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), uno que se auto percibe español y una representante de Izquierda, para que sigamos pensando que la política es inclusiva.

Sin dudas, quien se lleva todas las miradas y no precisamente por ser un iluminado sino porque siempre está dispuesto a mostrar que la pelotudez humana puede superarse, es el candidato por La Libertad Avanza, Ramiro Marra, que esta semana se metió fuerte contra el canal PakaPaka indignado porque tratan de malos a los españoles y, al parecer, como tiene pasaporte gallego se considera español de pura cepa y pide respeto por los genocidas del 1500.

Lo curioso fue que pidiera respetar la Constitución en lo que respecta a recibir a extranjeros, aunque en esa época no había ni países ni constituciones. Dejame dudar si Marra quiere recibir a todos los extranjeros.

Como le pareció que lo de PakaPaka era poco, Marra también sugirió cerrar la TV Pública, vender los terrenos y construir una torre de 100 metros que ayudaría a bajar la desocupación, la pobreza y la crisis habitacional, demostrando que es un pelotudo todo terreno.

Por último, como para que no queden dudas de su imbecilidad, se reflotó un viejo video del candidato «liberaludo» dando tips «ratas” en los que sugería vivir todo el tiempo que se pueda con los padres, sacarles toda la guita posible y morfarle las cosas de la heladera. En teoría, hasta que pueda vender a sus propios hijos.

Pasemos a algo más copado, y eso es el índice de pobreza del primer semestre, que para alegría de la oposición fue del 40%, como si tuvieran pocos temas con los que pintarle la jeta a Sergio Massa en el debate presidencial.

Por su parte, la Confederación General del Trabajo (CGT) volvió a llamar a votar por Massa y defendió el ideal de justicia social que atacó Javier Milei. La misma CGT cuyos integrantes se juntaron también con Milei para hacer algunos acuerdos contra los trabajadores. Dicen que no hay que poner todos los huevos en la misma canasta.

El ministro candidato Sergio Massa está viendo de qué se disfraza en estas últimas semanas para que las piñas de la realidad no le saquen más votos. Es por eso que, tratando de despegarse del contexto, dijo: “Plantee cosas que estábamos haciendo mal y si las hubiésemos corregido a tiempo hoy habría menos gente caliente», es decir, el famoso “yo te avisé y vos no me escuchaste”.

Por suerte, apareció el expresidente Mauricio Macri que, cabeceando desde su reposera, le dio recomendaciones a Massa de cómo ser un buen presidente, diciéndole que no mienta. Ok, señor “segundo semestre» y «brotes verdes”.

A la que se le está complicando un poco la cosa es a la presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis, apuntada por nombrar a su exmarido sin consultarlo en el directorio y aprobar sueldos de nueve millones de pesos a la gerenta. Ojo, que estas no serían las medidas más locas sino que para manejar los rumbos económicos del banco contrató a la numeróloga «Pity”. No sería una buena publicidad la realidad del país para esta persona.

Finalmente, un hombre dijo «me voy a comprar cigarrillos» y desapareció. Lo encontraron 30 años después y, al consultarle qué pasó, dijo que “no se fumaba más a su esposa e hijos”. Quién tuviera esos huevos.