El mundo se puso raro

Señoras y señores, bienvenidos a una nueva forma de dictadura. El líder supremo, Javier Milei, decidió por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que le recontra chupa un huevo la división de poderes y, mediante un decreto loco, derogó 300 leyes sin consultarlo con otro que no sea “la fuerza del cielo”, y el hijo de puta histórico de Federico Sturzenegger.

Mediante una cadena nacional a la que le faltaron sillas porque había mucho forro paradito poniendo cara de circunstancia, el recién iniciado presidente no para de cumplir con sus promesas de campaña. Dedicado a todos los que decían “no lo va a hacer”, se despachó mandando a la mierda una pila de leyes que protegían derechos laborales, empresariales, gremiales y medicinales, entre otros. Lo que se dice, un tipazo.

Entre las derogaciones que más ruidos hicieron están la de ley de alquileres, así que ahora mátense entre ustedes, y quien no pueda pagar puede elegir bajo qué autopista dormir. Son libres, «chicus».

También liberó las importaciones, porque no vaya a ser que solo te quedes sin casa, también es importante que te quedes sin trabajo.

Ah, también mandó a la mierda los topes a las prepagas. Así que ahora, el libre mercado le va a permitir a los tres dueños de las empresas de salud juntarse y aumentar lo que se les cante el orto.

Lo que está bueno es que derogó la ley de genéricos, porque no hay nada más comunista que decirle al enfermo qué droga necesita y que compre la marca que quiera. Por suerte, ahora solo van a poder comprar la marca con la que se entongue el médico que haga la receta.

Solía haber una cosa que se llamaba ley laboral, pero como a los sindicatos les chupaba un huevo, Milei se hizo cargo y decidió volar a la mierda el pago de horas extras y las causas de despido a la hora de echar, así que ahora a cuidar el culito, muchachos.

Eso sí, por suerte, el Presidente se dio cuenta que hay una medida que es urgentísima de tratar y, por eso, decretó que los clubes de fútbol que se quieran privatizar pueden hacerlo.

Lo que sí parece que generó bronca entre los libertarios es que estaban esperando que en el decreto digan cuándo van a poder comprar órganos y vender chicos, pero se les pasó.

Lo curioso de este mega decreto es que quienes lo elaboraron fueron abogados pertenecientes a buffets (siempre quise decir «buffets») que representan a empresas que, curiosamente, se verán favorecidas por estas derogaciones. La casta tiene empleo.

La reacción no tardó un nanosegundo en llegar y, para la medianoche del miércoles, ya había cacerolazos y manifestaciones frente al Congreso y cortes de calles en varios barrios. Se ve que, a esa hora, Patricia Bullrich ya estaba del orto, porque no se acordó de activar el operativo antipiquetero.

A mí me gustan las teóricas conspiranoicas y elijo pensar que Milei ya sabe que el Congreso le va a voltear este decreto y que solamente lo hizo para victimizarse y que cuando en todo el país fracase su plan económico su respuesta sea que “no me dejaron aplicar las leyes que se necesitaban”. Después recuerdo que simplemente es un pelotudo con divagues mesiánicos que se empoma a la hermana y clona a sus perros, lo que me hace dar cuenta que es incapaz de llevar adelante ese plan maquiavélico.

La oposición ya salió a criticar el DNU, entre ellos la Unión Cívica Radical (UCR), la Confederación General del Trabajo (CGT) y Unión por la Patria, hablando de judicializarlo y tratándolo de inconstitucional. Bueno, veremos si ahora hacen algo, no como en los últimos 8 años que se la pasaron durmiendo la siesta y se los comieron una banda de púberes monocefálicos.

Finalmente, para conmemorar una fecha histórica en la democracia argentina, como lo fue el 20 de diciembre de 2001, Milei no tuvo mejor idea que encargarle a Bullrich que se mande un lindo protocolo anti movilización para volar a la mierda a todos los que vayan a manifestarse a Casa Rosada. Por lo menos, esta vez no mató a nadie… mejoró, la «Piba».