El reino perdido

En el marco de la Competencia Internacional del 38° Festival de Cine de Mar del Plata, Paulo Abreu lleva a pantalla grande la puesta «Ubú Roi» de Alfred Jarry, referente del teatro absurdo.

Precisamente, lo que el director de fotografía y guionista portugués realiza es una adaptación de la historia del efímero reinado de Ubú (interpretado por Miguel Loureiro), con una clara crítica al poder político, a las ambiciones personales y económicas por sobre los intereses del pueblo representado. Cuando Abreu pensó en la película, «en ese momento estaban en poder Donald Trump, Jair Bolsonaro y Kim Jong Un, quienes eran muy parecidos al personaje de Ubú. Pensé que era el momento ideal para hacerla, pero decidí probar un enfoque visual totalmente diferente al original. Pensé que esta subversión resaltaría aún más lo absurdo del texto».

En cuanto al desarrollo de «Ubu», el grotesco protagonista y su esposa, Madre Ubú (en la piel de Isabel Abreu), deciden derrocar al Rey Wenceslaus de Polonia e instalan un reinado de terror en el que ponderan sus deseos de llenarse de riquezas materiales a costa del sufrimiento y muerte de nobles y magistrados. Desprolijos y ambiciosos, rápidamente se ven acorralados por un pueblo rebelado y la venganza del verdadero sucesor de la Corona, además del Zar de Rusia. Todo esto los llevará por un camino de traiciones, derrotas y un humor que pasó de moda hace tiempo.

«Ubu» es absurda, pero aún más lo es en cuanto a la precariedad de su construcción: mantiene más códigos del teatro que del cine. Los diálogos son extremadamente explicativos, interpretaciones ampulosas y podemos acercarla más a un vago y perezoso intento por parecerse a «Robin Hood: Men in Tights» (1993) de Mel Brooks que a la adaptación en 2021 de «The Tragedy of Macbeth» de Joel Coen.

«Quería hacer una película muy teatral sin ser demasiado estática, porque la obra es frenética. Vi películas y muchas obras de teatro basadas en el texto y, junto con los actores, buscamos una forma de actuar un poco diferente. Mantuvimos el lado excesivo del texto teatral original, pero cambiamos el espacio, la vestimenta y las máscaras grotescas que existían en la puesta original. Crear una imagen “clásica” a través de las ubicaciones y el vestuario haría que el texto fuera aún más extraño», detalló el director sobre «Ubu».

Finalmente, Abreu explica la decisión de filmar con una relación dimensional de 4:3, «porque creíamos que las locaciones se veían más hermosas en este formato y también ayudaba a crear ese aspecto ‘clásico’. Me encanta el blanco y negro y ya había pensado en filmarla así, pero también creo que ayuda al espectador a entrar más rápidamente en otro ‘universo’.