«El video nasty fue una distracción de lo que sucedía»

La directora galesa Prano Bailey-Bond presenta en el 38° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, por primera vez en cines latinoamericanos, su ópera prima “Censor”, de 2020. Además, fue invitada para ser parte del jurado de la Competencia Internacional de la actual edición.

Su película cuenta la historia de una censora en la época de video nasty en Gran Bretaña, durante el gobierno ultraconservador de Margaret Thatcher. La protagonista, envuelta en una espiral de locura ascendente y de fuego lento, se adentra en las profundidades de una culpa que la carcome por la desaparición de su hermana cuando era niña y una afectación por las propias obras que le toca visualizar para proponer los cortes.

¿Qué consecuencias crees que dejó la censura de los video nasties en las generaciones actuales en Gran Bretaña?

“Creo que las consecuencias se vivieron en ese momento. Esos fueron momentos en los que vivimos bajo las reglas de Thatcher -en realidad digo ‘vivimos’, pero yo era muy pequeña-, como le solían decir, ‘el Puño de Hierro’.

Eran tiempos de una creciente desocupación, de recortes en planes de salud y una tasa de criminalidad en ascenso, de la cual por supuesto se culpó al video nasty. Por tal motivo, considero que era mucho más peligroso lo que sucedía en aquel momento que lo ocurrido con algunos posibles ecos actuales, porque aparecía mucho este tema en los medios y generaban una distracción de lo que realmente pasaba. Es lo mismo que se da con los refugiados en Gran Bretaña, el Gobierno hace recortes a la sociedad y luego les echa la culpa a ellos para no tomar la responsabilidad de los actos.

En cuanto a los fanáticos del terror, con el video nasty lo que se generó fue dar nacimiento a una comunidad para el género. Cuando aparece una opresión, la comunidad encuentra la manera de poder sortearla, en ese entonces se inició un canal para intercambiar películas y, de alguna forma, eso provocó un fandom del terror que perdura en la actualidad, irónicamente, eso es hermoso.”

¿Cuál fue la estrategia pensada para los interiores en “Censor” en términos de la opresión que vive la protagonista en su ambiente de trabajo y, en particular, en la escena del restaurante?

«El ambiente opresivo estuvo desde el principio en el guion, es algo que surgió directamente del British Film Classification que tenía sus oficinas en los subsuelos y sin ventanas. Hablé con una censora de ese momento, a ella no le gustaban las películas de terror, trabajaba en estos espacios muy asfixiantes mirando estas películas con un sentimiento de claustrofobia, sin ver la luz del día porque cumplía su turno de noche… en fin, toda una descripción detallada que me ofreció de su ocupación en ese tiempo, lo cual me ayudó a armar todo el diseño de las oficinas de los censores en ‘Censor’.

También pensaba en una película muy terrorífica que vi de niña, en la que había un laberinto de conejos donde podías escucharlos al final de un túnel. Me gustaba de eso trasladar la misma idea, pero con los gritos de las películas que ve Enid (la protagonista) transformadas como si fueran ecos que las persiguen. En definitiva, necesitaba que los interiores se sintieran opresivos y claustrofóbicos para Enid, que tiene un carácter represivo en su vida y que no se puede expresar. Es interesante que menciones la escena del restaurante, porque la filmamos una vez que terminamos el rodaje principal, la hicimos durante la cuarentena y para nosotros significó trabajar bajo un plan de rodaje completamente diferente, allí la opresión estaba dada por la dictaminación del protocolo del COVID-19.”

El concepto de slow burn en la trama, ¿se pensó desde el principio?

«Sí, estuvo desde un comienzo esa idea. Es una cuestión más bien psicológica, porque nos introducimos en la cabeza de Enid. Nos preguntábamos: ‘¿Está bien que nos metamos en su cabeza sin que ella pueda expresarse? ¿Necesitamos meterle el tropo del personaje de mejor amiga?’. Finalmente, decidimos que no tendría sentido esto último, lo principal era describirla como alguien que está imposibilitado de expresarse y que está todo revuelto en su mente. Entonces, siempre fue acerca del tema de adentrarnos en su cabeza y crear una atmosfera inquietante, en el borde de ciertas situaciones. Sí, por supuesto lo de fuego lento (slow burn) siempre estuvo.”

¿Cuáles son tus películas favoritas de la lista de video nasty?

“Me encantan este tipo de preguntas. Cuando era adolescente solo conocía las populares: ‘La masacre de Texas’, ‘Evil Dead’, ‘Suspiria’ y otras más. De grande descubrí una que se llama ‘Axe’ (también conocida como ‘Lisa, Lisa’ y es sobre una chica muda abusada por un grupo de hombres, solo la hicieron con 18.000 dólares en Estados Unidos en el medio de la nada. Mi favorita es ‘The Witch Who Came from the Sea’ de Matt Cimber, que cuenta la historia de una mujer que sufre una serie de desvaríos producto de un abuso sexual y nunca distinguimos si lo que ella ve es producto de una fantasía o no. Ahí hay una conexión con ‘Censor’, con la cual se podría hacer un doble programa con esta película.»

¿Qué película considerás que estuvo ridículamente incluida en la lista de video nasty?

“La mayoría de ellas, sí. Qué decirte.”

Sobre el final de “Censor”. ¿Cómo surgió la idea de ese “mundo feliz” que la protagonista se inventa en su cabeza?

“Siempre estuvo en el guion y eso surge de la esperanza, aunque Enid nunca podía tener un final feliz. Tuvimos una serie de conversaciones durante el desarrollo sobre la ambigüedad de no saber qué había pasado con su hermana, que es una especie de tortura. Primero existía la posibilidad de que la hubieran matado, pero luego de que estuviera desaparecida por ahí y eso generara una suerte de culpa. Luego toda ese trauma y cansancio provocado por esa fantasía creada se interfiere con los video nasties y las películas en las que ella debe cortar. Por eso, al final queríamos que el espectador se metiera plenamente en la mente de Enid, que pudiera ver la película en otro momento y dijera: ‘Bueno, ella quizá sí tuvo algo que ver en la muerte de su hermana’ o, al siguiente día, ‘Bueno no, quizá no tuvo nada que ver’, buscamos darle al público algo de cierta ambigüedad. En algunas películas se determina para donde va todo recién cuando ves el final.”

¿En qué estado se encuentra el proyecto de la transposición del texto de “Las cosas que perdimos en el fuego” de Mariana Enríquez?

“Desarrollamos un guion, pero creemos que nos va tomar más tiempo llegar a una etapa de producción. Me siento honrada de poder adaptar esta historia, conocí a Mariana el año pasado cuando fui jurado en otro festival, siento un profundo respeto por ella.

Estoy muy contenta de estar por primera vez en Argentina, que es su país y que es donde sucede el cuento. Así que espero que podamos hacerla lo más pronto posible.”