Elecciones de todo tipo

Este fin de semana se realizaron actos eleccionarios en varios países del mundo. Los principales fueron en la Unión Europea, para elegir representantes al Parlamento Comunitario y, más cercano geográficamente, para elegir al nuevo mandatario de Colombia. Además, en busca de una salida a una larga crisis política, Ucrania tiene nuevo presidente electo.

Santos se puede suceder a si mismo

Las encuestas así lo anunciaban y no se equivocaron. Los máximos favoritos Oscar Zuluaga (Centro Democrático) y Juan Manuel Santos (actual presidente y candidato del Partido Social de Unidad Nacional) son quienes competirán en la segunda vuelta, que se realizará el 15 de junio.

Zuluaga quedó primero con el 29,27% de los votos, mientras que el candidato a la reelección alcanzó un 25,63% de los sufragios. Como ninguno llegó a superar el 50 por ciento, deberán definir en un ballotage quién es el presidente de Colombia hasta 2018.

Detrás de los favoritos quedó Marta Lucía Ramírez, del Partido Conservador, con un 15,54 por ciento; seguida de la izquierdista Clara López, del Polo Democrático Alternativo (PDA), que llegó al 15,23, y el quinto lugar fue para Enrique Peñalosa, de la Alianza Verde, con un 8,29 por ciento.

Hasta el mes de enero Santos parecía claramente lanzado a ser reelecto pero, desde ese momento, se desinfló y terminó en segundo lugar.

Tras las elecciones, Zuluaga señaló que “el 15 de junio vamos a decidir si queremos más de lo mismo, o si vamos a mejorar para cambiar a Colombia”.

Las elecciones fueron las más tranquilas en décadas, ya que las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) habían decretado una tregua unilateral en sus ataques del 20 al 28 de mayo, para que pueda desarrollarse una jornada democrática sin sobresaltos.

Europa apunta a la derecha

En los comicios desarrollados en diferentes países miembros de la Unión Europea para elegir los representantes al Parlamento Comunitario se notó un avance en las propuestas de derecha y más escépticas o contrarias a la unión regional. Los partidos antieuropeos y de ultraderecha podrían sumar unos 100 escaños, sobre los 700 del Europarlamento.

En Francia, el ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen se transformó en la primera fuerza política con casi un cuarto de los votos por delante de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), mientras que el socialismo quedó en el tercer lugar con apenas el 15% de los votos. Por primera vez en la historia, el FN queda a la cabeza de una elección nacional y alcanza más del 20 por ciento de las preferencias de los electores.

“Es un resultado histórico. Somos ahora el primer partido de Francia”, manifestó Florian Philippot, vicepresidente del Frente Nacional. Por su parte, la ministra socialista francesa Segolene Royal calificó al resultado como un “golpe a escala global”.

En Alemania, el antieuropeo Alternative für Deutschland sacaría siete escaños y el filonazi Partido Nacional Democrático (NPD) una banca. Sin embargo, la Democracia Cristiana de Angela Merkel seguiría siendo el partido más importante, con 37 eurodiputados, al triunfar con el 36 por ciento de los votos. En la vecina Austria, el grupo antieuropeo Partido por la Libertad de Austria (FPO) aumentó al doble su caudal electoral y en Hungría el partido neonazi Jobik ganó su apuesta de doblegar a los socialistas y ser el segundo partido del país, detrás de la derecha nacionalista en el poder. Antisemita, racista y profundamente xenófobo, el Jobik alcanzó el 15%, mientras que el socialismo llegó al 11%.

El 25 por ciento de los sufragios fue lo que alcanzaron los nacionalistas antiinmigración del Partido del Pueblo Danés, convirtiéndose en el primer partido de ese país. Un avance populista que también se registró en Suecia, donde la extrema derecha de los Demócratas Suecos obtuvo 7 por ciento y quedó en condiciones de tener representantes en el ejecutivo suprarregional por primera vez en la historia.

En dos naciones muy cercanas afectivamente también hubo elecciones. En España tanto el gobernante Partido Popular como el opositor socialista PSOE sufrieron un duro golpe que quebró el histórico bipartidismo imperante desde la restauración democrática de 1977. El oficialista PP retuvo solo 16 de los 26 eurodiputados y el PSOE cayó a 14 desde los 23 representantes.

La agrupación Podemos, de Pablo Iglesias, dio la sorpresa al adjudicarse 5 escaños. Este partido representa al movimiento de indignados.

En Italia, el Partido Democrático (PD) del primer ministro Matteo Renzi, ganó claramente con el 41,2% de los votos. El segundo lugar, con 21,9%, fue para los populistas del Movimiento Cinco Estrellas, que encabeza el cómico Beppe Grillo. Los berlusconistas de Forza Italia solo lograron 16 por ciento, mientras que la extrema derecha xenófoba, racista y separatista de la Liga del Norte quedó en cuarta posición con 6,5% de los sufragios.

En Grecia, un país atravesado por una grave crisis, el izquierdista Syriza, de Alexis Tsipras, llegó primero por encima de la gobernante Nueva Democracia, de derecha. Con cerca de 10 por ciento de los sufragios, la formación neonazi Amanecer Dorado también tiene esperanzas de tener representación europea.

Gran Bretaña podría ser otra muestra de escepticismo europeo que se refleje en las urnas. El monopolio de conservadores y laboristas podría romperse con la irrupción de Nigel Farage, líder del United Kingdom Independence Party (UKIP), que con la mitad de los votos escrutados se colocaba a la cabeza con el 30 por ciento de los votos, superando a los partidos tradicionales.

En estos comicios parlamentarios europeos, 400 millones de ciudadanos de 21 países tenían que elegir a los 751 diputados europeos con un mandato de 5 años. Por primera vez desde 1979, las agrupaciones antieuropeas y de derecha podrían alcanzar los 100 representantes.

Con 380 millones de electores habilitados para elegir 751 diputados, estas elecciones (las más amplias del mundo después de la India) comenzaron el jueves pasado en Gran Bretaña y Holanda, y concluyeron este fin de semana cuando los votantes de 21 países fueron a las urnas.

Sin embargo, a pesar de la fuerza demostrada en estos comicios, el centenar de representantes que estas agrupaciones alcanzarían a tener en el Parlamento Comunitario no sería suficiente para romper los equilibrios políticos del Ejecutivo Europeo: los tres grupos centrales del futuro parlamento tendrían 60% de los escaños, apenas un 10 por ciento menos de la representación actual.

Ucrania busca salir de su interminable crisis

En medio de una situación social y política bastante complicada, los ucranianos fueron a las urnas para elegir su próximo presidente.

Los resultados dieron triunfador al magnate pro occidental Petro Poroshenko, que alcanzó el 56% de los votos, superando claramente a Yulia Timoshenko, que apenas superó el 13 por ciento. Estos guarismos hacen que la segunda vuelta sea innecesaria.

«Todas las encuestas muestran que la elección ha terminado con una sola vuelta y que el país tiene un nuevo presidente», dijo en una conferencia de prensa Poroshenko, conocido como «el rey del chocolate» por sus negocios en el sector de la repostería, con los que consiguió una fortuna de 1.000 millones de dólares.

Timoshenko reconoció su derrota, pero insistió en pedir la convocatoria de un referéndum sobre el ingreso del país en la OTAN. «Han sido las elecciones más justas y limpias de los últimos años», afirmó la ex Primera Ministra.

Además de la cuestión de la OTAN, el futuro presidente tiene que resolver la rebelión separatista en la región de Crimea y el este del país, que amenaza con dividir a Ucrania. Su postura es pro Occidente, y prometió fortalecer las relaciones económicas y políticas con dicho hemisferio aunque sabe que tendrá que recomponer los dañados vínculos con Moscú, que provee gran parte del gas natural a Kiev y es el principal mercado para las exportaciones ucranianas.