Entre otakus, manga, animé

El término otaku es de origen japonés y significa «persona con gustos obsesivos». Es referido a cualquier tipo de gustos tales como los autos, la cocina, la música, las compras. El término surgió por primera vez en el artículo periodístico de Akio Nakamori en 1983, en su columna Otaku research.

No obstante, hoy en día, en Japón tanto como en el resto del mundo, la palabra otaku hace referencia a las personas que tienen gusto preferencial por toda la cultura visual moderna de Japón, por ejemplo: animé, manga, videojuegos y tecnología.

Esta subcultura japonesa se volvió muy popular en su propio país. Quizás, lo que hace más distintivo a esta subcultura son el manga y el animé.

Manga es la palabra japonesa para referirse a cualquier tipo de historieta o cómic, sin embargo, fuera de Japón se usa para designar a las historietas únicamente japonesas.

La historia del manga o del arte gráfico japonés es muy antigua, desde el período Heian 8 (entre el 794 y el 1.185 en la historia japonesa), la producción de emakimono, cuya traducción al español sería «rollo de pintura», es una tradición. Es una de las expresiones gráficas lineales más antiguas junto con los jeroglíficos egipcios. Desde entonces, esta expresión gráfica fue evolucionando, desde caricaturas satíricas o publicidad hasta su producción como historieta propiamente dicha.

Osamu Tezuca es el mangaka (persona que escribe y dibuja manga) considerado por la historia como el padre del manga, ya que fue el primero en publicar una larga historia seriada en este formato, además de haber dibujado múltiples obras. Entre sus publicaciones más famosas se encuentra la conocida «Astroboy» (1952) y la excelente, aunque poco conocida, «Adolf» (1982), que cuenta la historia del ascenso del nazismo en Alemania y el involucramiento de Japón en la Segunda Guerra Mundial.

Y hoy día, las producciones de manga son de centenares al año, además de ser una industria que está presente en todo el mundo. Algunos mangas populares son «Dragon Ball» (1984), «Sailor Moon» (1991), «Ranma ½» (1987), «Naruto» (1999).

Por otra parte, el animé es la animación japonesa. Deriva del sonido de la pronunciación japonesa del inglés «animation» y quedaría pronunciado «animeshon».

Algunas animaciones japonesas son adaptaciones para la televisión de los manga más famosos y populares. Entre otros se destaca «El viaje de Chihiro» (2001), «El castillo vagabundo» (2004) y «Mi vecino Totoro» (1988).

Está demostrado que las animaciones son una manera de promocionar el manga, el cual es el producto principal. Estas animaciones suelen ser televisadas semanalmente, aunque también hay plataformas de streaming que ofrecen un amplio catálogo.

Aunque el estilo en apariencia pudiera identificarse como un producto infantil, esto es solo en apariencia, ya que existen historias para todo tipo de público, desde infantes que buscan historias simples y amigables hasta adultos que buscan historias más complejas y oscuras, inclusive terroríficas y mentalmente desafiantes.

Son sus clasificaciones en Japón de la siguiente manera: Kodomo (tramas y personajes pensados para niños menores de 10 años). Shonen (para niños y adolescentes varones). Shojo (para niñas y adolescentes mujeres). Seinen (para varones mayores de 18 años) y Josei (para mujeres mayores de 18 años). Dicha clasificación es orientativa, ya que una persona mayor consumidora puede adaptar sus gustos adultos o infantiles.

Además de seguir y disfrutar del manga y el animé, también se encuentra la muy popular cultura del cosplay, que significa «disfraz» y «juego» o traducido como «juego de disfraces».

La práctica de cosplay se popularizó en todo el mundo y la persona que se disfraza es llamada cosplayer. Se disfraza de sus personajes favoritos de manga, animé o videojuegos, extendido también a disfraces vistos en películas, animaciones o series televisivas no japonesas.

Dentro de esta subcategoría de la cultura otaku existen otros términos para aprender como, por ejemplo, el término crossplay, el cual hace referencia a las personas que se disfrazan de un personaje cuyo género es distinto a su expresión o identidad de género. Es decir, que una persona que se identifica como mujer, se disfrace de un personaje varón, y viceversa.

Me despido con un dato curioso: en México existe una comunidad muy amplia de personas otakus, hay edificios enteros dedicados a la comercialización de productos de este estilo e, incluso, se organizan convenciones dedicadas únicamente al manga, animé y videojuegos que consiguen llenar foros enteros.