Esa falta de sorpresa llamada Oscar

A cuatro años para la celebración de su centenario, los Oscars se tornan año a año cada vez más previsibles quitando, al casi mes y medio de espera desde el momento de su anuncio, todo atisbo de magia y sorpresa posible.

Esto se debe, en gran medida, a la anticipación de votaciones de otros círculos y asociaciones (BAFTA, Critics’ Choice y Golden Globes, por nombrar tan solo algunas) que, lamentablemente, van consolidando un criterio de selección peligrosamente uniforme.

A esta altura, pocos dudan que «Oppenheimer» se consolidará como la favorita de este año, ungiendo a su director Christopher Nolan con el tantas veces esquivo premio. Este criterio resultaría más un tributo postergado a su trayectoria que una distinción en sí misma, y no es por quitarle méritos al film, pero ignorar la contundencia de Martin Scorsese en casi todas las premiaciones con su alabada «Killers of the Flower Moon» se evidencia como un soberbio acto de descaro por parte de todos los anteriores votantes.

Lo mismo puede decirse del rubro actor de reparto. Hollywood preparó un ruidoso festejo de “comeback” a Robert Downey Jr. por su celebrado villano Lewis Strauss en la cinta de Nolan. El premio no solo sería al talento sino a la vuelta al ruedo por la buena senda, y al tránsito por roles «oscarizables», habiendo dejado atrás a su marveliano Tony Stark.

Algo parecido sucede con Da’Vine Joy Randolph, la actriz de «The Holdovers» (tal vez uno de los mejores filmes de la temporada): Ella tiene el mérito de ser negra, o afroamericana, permitiendo que la Academia cumpla con la cuota necesaria de corrección política de darle a esta comunidad el hueso o premio consuelo (otras 5 actrices negras ganaron en este rubro en estos últimos 25 años).

En las categorías principales, Emma Stone parecería ser la indiscutible vencedora en su rubro por «Poor Things» (relegando a la primera actriz indígena nominada de la historia, salvo milagro en contrario), sumando un segundo Oscar luego de «La La Land», y Cillian Murphy, por lógica consecuencia, por haber estado en el momento justo en el rol preciso, acompañaría la aplastante victoria de la noche de «Oppenheimer», dejando también un regusto amargo por la derrota de su principal oponente Paul Giamatti, largo socio de Alexander Payne, y quien brinda una poderosa clase de actuación en «The Holdovers».

Con el retiro de «Anatomía de una Caída» del rubro Película Internacional, crecen las chances de «La Sociedad de la Nieve», que se ve amenazada por «The Zone of Interest». Tal vez este último rubro sea el que brinde más expectativas.

Ojalá que la próxima edición, la 97°, pueda traer más disyuntivas y menos certidumbres a la hora de elegir ganadores.