Este viernes en el Noticero conversamos con Luis Aparicio, partícipe en la Guerra de Malvinas e integrante del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas La Plata (CECIM), sobre su experiencia en el conflicto bélico con Gran Bretaña y el pedido que realizan con la entidad ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
«El reclamo que se está haciendo es querellante en una causa desde el año 2017, originalmente en los Tribunales de Río Grande, Tierra del Fuego, son testimonios de soldados que sufrieron estaqueos (una práctica antigua que consiste en atarlos de manos y pies y dejarlo horas) y vicisitudes de propia tropa. Es decir, causas de tortura de nuestros jefes a soldados conscriptos. Es un trabajo que se generó en la Secretaría de Derechos Humanos de Corrientes y presentaron numerosas denuncias que involucran a muchos militares. La cuestión es que en una causa en particular el tema es ver si son delitos de lesa humanidad y juzgados, por lo tanto, ver si les cabe la prescripción. Hay 4 que fueron indagados y otros 20 esperan serlo. Pero no logramos que la Justicia trate el tema», expresa Aparicio. «Como no tiene plazos, la Corte Suprema no lo trata».
Además del estremecedor testimonio, el excombatiente manifiesta que «nosotros fuimos jóvenes en dictadura. No podíamos leer, bailar, reunirnos. Y había algo peor: crecimos con eso». «Hacer el servicio militar era nuestro deber ciudadano, independientemente del motivo. Yo era joven y ese fue mi destino». «Por suerte, no tengo heridas que se vean pero sí el compromiso para con los muchachos que murieron en Malvinas, particularmente mis compañeros, y a los que estando prisioneros me tocó la triste tarea de enterrarlos en la montaña porque fue la orden de los ingleses». Finalmente, relata que «no sabíamos nuestro destino porque, la verdad, no sabíamos lo que nos esperaba el minuto siguiente. Esperábamos que nos maten».
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