Etiquetado contra la obesidad

Cada 4 de marzo se conmemora en todo el globo el Día Mundial contra la Obesidad con el objetivo de concienciar sobre esta problemática que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera una epidemia, que desde 1975 triplicó la cantidad de personas que la padecen y sitúa la cifra en aproximadamente 1.900 millones de adultos y 340 millones de niñas y niños.

Cabe mencionar que se considera obesidad una acumulación anormal de grasa que pueda acarrear otras afecciones nocivas para el organismo. Al respecto, en Argentina un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) reveló que la aplicación de la recientemente sancionada ley de etiquetado evitará en el futuro más de 104.500 casos de sobrepeso y obesidad en menores de edad. Actualmente, una niña o niño ingiere 127 litros de bebidas azucaradas por año.

Por otra parte, la industria de las bebidas azucaradas sufrirá un duro golpe para el sector, ya que de producirse este escenario más saludable, se reducirá su consumo en casi 23%. «A largo plazo, la aplicación de esta mediada tiene también tiene múltiples beneficios para la salud de los adultos, como evitar casos de diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos osteomusculares, casos de enfermedad renal y cáncer, entre otras patologías», comunicaron desde la entidad.

«La alimentación inadecuada es el segundo factor de riesgo de muerte a nivel mundial, representando casi el 19% de todas las muertes y, según la OMS, el sobrepeso y la obesidad infantil constituyen uno de los principales problemas que enfrenta la salud pública en el Siglo XXI. Las bebidas endulzadas con azúcar son una fuente importante de calorías ‘vacías’ en niños y adultos, y su consumo excesivo causa obesidad, diabetes tipo 2, varios tipos de cáncer, enfermedad coronaria y problemas dentarios. Esta ingesta de bebidas azucaradas en Latinoamérica es muy elevada, por lo que diversos países están considerando o han comenzado a implementar medidas destinadas a reducirla», detallaron desde IECS.

En cuanto a la participación del Estado, el sistema de salud en nuestro país podrá evitar el gasto de 26.530 millones de pesos anuales «en concepto de gastos directos para la atención de enfermedades derivadas del consumo de este tipo de bebidas».

Finalmente, vale decir que el estudio fue financiado por el Ministerio de Salud de la Nación junto con la participación de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC), la Universidad Nacional de Río Negro, el Hospital Ramón Carrillo de Bariloche y el Centro de Investigaciones en Epidemiología y Salúd Pública (CIESP) perteneciente al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).