La historia de este personaje cuenta que nació en un planeta muy lejano llamado Krypton, sus padres no eran humanos y, ante la amenaza de la destrucción del planeta donde vivían, los progenitores decidieron con gran pesar, enviarlo a la Tierra. La forma en que hizo su aparición fue muy parecida a la de la caída de un meteorito. El fuego producto de su velocidad puso en alerta a una pareja de granjeros que, ante semejante acontecimiento, se acercaron para ver qué había pasado. Allí se encontraron con un niño indefenso, y a partir de ese momento este mismo niño movió hilos internos en esa pareja que hacía mucho tiempo que buscaban ser padres y ya habían perdido toda esperanza.
Fue adoptado con el nombre humano de Clark Joseph Kent y, desde niño, presentaba poderes sobrehumanos.
Sus virtudes
Tenía la capacidad de escuchar todo lo que se proponía, y los sonidos inaudibles que todo ser humano es incapaz de oír, él podía escucharlos a miles de kilómetros. En sus películas podemos ver bien cuando alguien pide auxilio, cómo sale al encuentro y llega al lugar en forma tan veloz que ninguna máquina humana hasta el día de hoy puede recorrer los kilómetros como él. Acá podemos mencionar, entonces, la velocidad con la que resuelve todo problema.
Otra virtud es la capacidad de tener “visión de rayos X”.
Puede volar y sostenerse en el aire, puede generar una fuerza de tal magnitud que lo impulsa hacia el espacio exterior. Puede respirar fuera de la esfera terrestre sin ningún tipo de máscara. Otra capacidad es la de levantar objetos súper pesados.
Su talón de Aquiles
Todos los héroes en la mitología y, sin duda, en los comics (que son derivados de esas fábulas), tienen su talón de Aquiles. Y pueden llegar a ser los más «aparentemente» insignificantes los que pueden derrotar al superhombre.
Recuerdo cuando Hércules, en su octavo trabajo, luchó contra la hidra de Lerna, monstruo terrible si los hay. Era una especie de serpiente gigante con nueve cabezas, de las cuales cada vez que cortaba una automáticamente crecían tres más. El octavo trabajo era el de vida o muerte. Pero, como decía anteriormente, todos tenemos nuestro talón de Aquiles.
Como Hera, la esposa de Júpiter, vigilaba muy atentamente cada prueba del héroe, al ver que en esa lucha iba ganando, le envió un cangrejo para que le mordiera la pierna y así desestabilizarlo. Esto está en relación a que podemos hacer el trabajo más grande de nuestra vida (matar a la hidra) y un problema menor como puede ser la mordida de un cangrejo, desestabiliza toda una tarea titánica de años y hace que todo nuestro trabajo caiga en saco roto. Es decir, tener la destreza, la habilidad, la experiencia y el arte de resolver los problemas no nos hace dioses, porque la debilidad siempre está presente, y en Superman su debilidad era la kriptonita, ese mineral verde que, incrustado en su cuerpo, es la herida del recuerdo de su mundo, es la sensación de abandono de sus padres, es la sacudida emocional de saber que está solo, que su padres terrestres también van a morir en algún momento, que el amor debe quedar postergado por el bien de la humanidad, que no hay par que lo pueda sostener, y que la única satisfacción que encuentra en su destino es el ser un servidor de la raza humana. Él debe superar esa herida, porque en el recuerdo constante de esa falta es donde se “debilita”, mientras tenga incrustada esa esquirla siempre vendrán los recuerdos del ayer.
Hoy que cumple 75 años, mi más sincero anhelo es que pueda trascender sus momentos de debilidad y que ninguna circunstancia haga desaparecer ni disminuir su fuerza. Siempre que la kriptonita esté presente en su cuerpo recuerde el mensaje que le dejaron sus padres: “Viajarás muy lejos, pequeño Kal-El, pero no te abandonaremos ni aún frente a la muerte, la riqueza de nuestras vidas será tuya, todo lo que tengo, lo que siento, lo que he aprendido, todo esto y más yo te lo lego hijo mío. Me llevarás dentro de ti todos los días de tu vida y mi fuerza será la tuya, serás mi vida con tus ojos y tu vista será vista con los míos, hijo convertido en padre y padre en el hijo, eso es todo lo que puedo legarte Kal-El».
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